SNK: -"la última bruja"
el clan Ilazki era uno de los mayores misterios para todos los que alguna vez preguntaron sobre el mismo. nadie sabía con certeza las atrocidades por las cuales las mujeres de ese linaje habría pasado pero si se tenían rumore...
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0.17.
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Investigación.
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Concentrada. Hacía unos cinco minutos que estaba pensando en lo que tenía que hacer pero ha decir verdad no sé movía y por ello Hange llevó su mirada curiosa en dirección a la joven que estaba delante de ella, Eren que estaba a un lado de la castaña simplemente giró su cabeza para verla.
—¿Amaya?
—Me estoy concentrando
Susurró en respuesta viendo el balde, su mano estaba flotando sobre el mismo quizás esperando sentirse lista. Sus dedos se cerraron levemente cuando sintió el cosquilleo en las yemas de los mismos, parpadeó varias veces en silencio y respiro profundo para quitar cualquier exceso de nerviosismo que su cuerpo pudiera poseer.
—¿Va a hacer algo?
—Lleva cinco minutos así— escuchó de Auruo quién se encargo de hablar fuerte para llamar su atención pero Amaya ni siquiera se giró para verlo, solo entrecerró sus ojos.
—Amaya, si no te sientes lista...— Hange se acercó lentamente pero entonces la castaña tensó su mano y abrió sus ojos sintiendo la presión sobre sí.
—Sí no me dejan de hablar cada dos segundos entonces estaré aquí tres horas— la voz salió en un forzado tono amable que se quebró casi al final, era tortuoso estar concentrada y que de repente cuatro personas hablen tratando de apresurar el maldito proceso. —Necesito al menos unos dos minutos de silencio, ¿es mucho pedir?
—Tranquila, haremos silencio, ¿verdad, teniente Hange?— Eren la observó rápidamente en cuanto el pedido de la castaña llegó a sus oídos.
—Por supuesto, tomate tu tiempo— movió sus manos con lentitud dando a entender que los demás deberían callarse al menos hasta que los dos minutos pasarán.
Moblit tomó el reloj y lo acomodó sobre la planilla para luego tomar el lápiz con su mano derecha. Se hizo el silencio y fué allí cuando Amaya suspiró aliviada ante la presión y los nervios que sentía, esto le ayudó a aclarar sus emociones y liberarse de la tensión en sus músculos. Movió su mano por sobre el balde, sus dedos hacían pequeños movimientos de arriba hacia abajo a la vez que una energía de color blanca iluminaba las yemas de una forma tenue pero continua.
—Miren eso.
—Wow, increíble.
—Silencio— Hange ordenó con sus ojos marrones clavados en el agua que ahora comenzaba a movilizarse con pequeñas ondas que aparecían desde el centro.
