SNK: -"la última bruja"
el clan Ilazki era uno de los mayores misterios para todos los que alguna vez preguntaron sobre el mismo. nadie sabía con certeza las atrocidades por las cuales las mujeres de ese linaje habría pasado pero si se tenían rumore...
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0.21.
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Secreto
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Podía sentir el sonido tedioso de la chimenea que venía desde abajo, escuchaba como la madera se astillaba por el mismo calor mientras se incorporaba en la cama y miraba a su alrededor. El frío se estaba sintiendo en esa pequeña habitación en dónde con suerte la luz lunar iluminaba gracias a que se filtraba por la ventana delante de ella, el ambiente estaba realmente helado y las mantas que se suponía la deberían mantener calientes no eran suficientes.
Se incorporó con lentitud y posicionó sus manos sobre sus brazos en un intento por cubrirse del frío, de su boca el aliento salía como una pequeña cortina de humo que se evaporó al momento, tomó con cuidado la chaqueta desgastada que descansaba sobre la silla que tenía a un lado del espejo que ahora reflejaba su figura entre la oscuridad de la habitación.
Colocó la prenda sobre sus hombros y se dispuso a acomodar la misma en sus brazos para finalmente abrazarse con aquella ropa andrajosa que de algún modo le daba calor, sus ojos se elevaron para encontrarse de frente con la puerta la cual abrió con algo de fuerza ya que debido a la humedad en la paredes la madera del marco solía hincharse. El sonido que generó le hizo fruncir el ceño por unos segundos pero enseguida llevó su mirada hacia el pasillo oscuro que tenía delante.
Pánico, terror, miedo.
La oscuridad era su enemigo y desafortunadamente no tenía ningún tipo de vela como para atravesar aquella siniestra y tenebrosa negrura por lo cual tuvo que recolectar fuerza desde lo más dentro de su ser como para lograr dar un paso fuera de su habitación. No era tanto, debía de llegar a las escaleras y bajar para finalmente llevar a la sala principal en dónde su padre estaba, era una misión fácil con un obstáculo complejo y despiadado.
Se apresuró en caminar entre las sombras de aquel corredor, las maderas hacían ruido con cada paso y sentía sus pies completamente fríos por el invierno que atacaba Shiganshina. Ignoró cualquier pensamiento que pudiera hacerle sentir peor y se escabullo a las escaleras en cuanto las tuvo delante, el sonido que generaba cada vez que bajaba un escalón resonaba en su nuca, ante esto no pudo evitar ver hacia atrás más de dos veces.
Su aliento se hacia vapor cada vez que lo dejaba escapar de sus labios hasta que estuvo en el primer piso, la luz que daba la chimenea en la sala era su salvadora en este momento por lo que caminó en esa dirección sin siquiera voltear en ningún momento. Pasó el pórtico y se adentró en la sala mirando a la chimenea que seguía desprendiendo calor en aquella habitación.
