SNK: -"la última bruja"
el clan Ilazki era uno de los mayores misterios para todos los que alguna vez preguntaron sobre el mismo. nadie sabía con certeza las atrocidades por las cuales las mujeres de ese linaje habría pasado pero si se tenían rumore...
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0.59. ──────────────────
Hasta luego.
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El grupo que iba tras el acorazado mantenía su formación como debían. Astra los había alcanzado de la forma más rápida que pudo después de haber dejado a su amiga de la guarnición en al bosque de árboles gigantes. ¿Amaris seguía aún entre las tropas de Pixis? Era increíble como aún la mantenían ahí, pero Erwin no había dado la orden para cambiarla de trapa ni mucho menos, aún así se suponía que Hange aún la entrenaba aún que con todo esto, claramente no fue posible.
—¡Ahí viene Astra!— Connie la vio acercarse, reconociendo el caballo de Amaris —¿Eh? ¿Ese es él caballo de...?
—¡Tuve que dejar a la rarita atrás y sí quieren vivir, será mejor que no miren al bosque!— exclamó, con susbojos clavados en el titán delante de ella, era pesado, lo suficiente para correr lento.
—¿Dejaste a Amaris en el bosque?— Jean preguntó en voz baja, atónito.
—¡Hey!— la voz de cierto rubio llamó su atención, Aristeo se acercaba a gran velocidad en su corcel. —¡Sí Reiner sigue corriendo así, lo alcanzaremos!
—Oh, mira quién apareció, ¿dónde estabas?
—Con Halia. — no hizo más que responderle de esa forma a la joven azabache. —Erwin está guiando a los de la policía y me temo que los use como carnada.
—¿La policía cuando no fue carnada? Ni para eso sirven esos inútiles— Astra volvió su vista hacia adelante, sin darse cuenta de que Aristeo se encontraba contando a los soldados uno por uno.
Los ojos del joven soldado se pegaron en cada uno de ellos, contando; uno, dos, tres..., faltaba alguien. Su cejas se fruncieron y sus ojos divagaron entre los demás y la mujer azabache que iba por delante. Carraspeó si garganta y Astra supo que no podía pretender más.
—¿Dónde está la bruja?— preguntó.
Silencio incómodo. Astra soltó una pequeña risa nerviosa señalando con su cabeza hacia atrás, por supuesto que Aristeo captó la indirecta y por eso abrió sus ojos al momento. ¿La había dejado? ¡La había dejado!. El joven negó, tratando de ignorar la estupidez que había cometido su compañera, pero sabía que tenía una buena razón, aún que se temía lo peor sí tenía que ser sincero. Una bruja enojada, sin conocimiento concreto de sus poderes no era lo más seguro.
—¡Oigan! ¡Lograremos alcanzar a Reiner!— Jean llamo la atención de los demás.
—Esta vez no me temblará la mano y lo mataré sin dudar y sí Ymir se interpone en nuestro camino también acabaré con ella— Mikasa hablo con decisión, tanto fue así que hasta el propio Armin se asustó ante las formas que la Ackerman tenía. —No importa el método que deba usar, lo haré.
