SNK: -"la última bruja"
el clan Ilazki era uno de los mayores misterios para todos los que alguna vez preguntaron sobre el mismo. nadie sabía con certeza las atrocidades por las cuales las mujeres de ese linaje habría pasado pero si se tenían rumore...
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0.26.
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Mañana diferente.
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La noche llegó más rápido de lo que todos habrían querido, la mayoría de los soldados del cuerpo de la legión se encontraba en el recinto dentro de Trost preparándose para la misión. Eran aproximadamente las diez de la noche para cuando el escuadrón de la castaña caminaba por las calles de la ciudad que les tocaba vigilar.
—Es increíble como este lugar decayó tan rápido— Victor comentó mientras caminaba a un lado de Asier quién tenía ambas manos en su nuca.
—Realmente, es una pena— negó el joven mirándolo, Victor suspiró antes de desviar sus ojos hacia otro lado.
—Oye, Asier— Maxine lo llamó con algo de curiosidad en su voz, acababa de recordar algo o eso pareció. —¿Qué pasó con tu hermano? Hace mucho no lo veo.
—Fue transferido pero se suponía que tendría que volver en unos días.
—¿Tienes un hermano?— Susurró Amaris con cierto tono curioso, levantando su mirada para poder tener una mejor imagen de su compañero quien asintió con una sonrisa.
—Si, su nombre es Dániel y sí tienes suerte lo conocerás en unos días.
Un bostezo fue lo que Victor soltó para que a continuación sus compañeros copiaran su acción bostezando en cadena, había sido la semana más dura debido a todos los estragos que la legión produjo gracias a la misión de reconquista. Los ojos cansados de Amaris vieron nuevamente hacia adelante antes de que estos se cerrarán levemente debido al cansancio, quería dormír.
—Ya casi llegamos a la sede, no te duermas en plena calle— Maxine la codeó a la vez que Berta se acercaba por detrás para sujetarla por si llegaba a caer.
—¿Quien dijo que me dormiría?— preguntó la castaña refregando sus párpados con sus muñeca y brindándoles otro bostezo que provocó la misma reacción en los demás.
—Ya dejá de bostezar— Berta pidió.
—Sí me dices que deje de hacerlo mi cuerpo lo hará más seguido— se quejó Amaris viéndola, Asier dirigió su mirada hacia Victor quien parpadeó varias veces levantando sus hombros al mismo tiempo.
—Cállense o juro que dormirán en el patio ambas, ¿oyeron?
Maxine las observó por lo que tanto Amaris como Berta guardaron silencio al momento, siguieron su camino hacia la sede de la guarnición en dónde podrían descansar al menos unas horas antes de que volvieran a su trabajo.
