SNK: -"la última bruja"
el clan Ilazki era uno de los mayores misterios para todos los que alguna vez preguntaron sobre el mismo. nadie sabía con certeza las atrocidades por las cuales las mujeres de ese linaje habría pasado pero si se tenían rumore...
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0.6.
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Tropas de guarnición.
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Tanto ella como Eren habían sido llevados a una sala apartada, allí se encontraban los tres superiores de la legión y claro que Hange no dudo en acercarse a Eren para curar alguna de sus heridas. Era un espació pequeño dentro de la misma estructura del tribunal, había un sillón y un escritorio junto con una silla, luego de eso solo estaba el gran ventanal que dejaba ver un paisaje bastante lindo hacia la ciudad dentro de Sina.
Amaya se encontraba apretando una pequeña herida en la mejilla de Eren aún que no pasó mucho hasta que se curo por si sola, ante esto se vio obligada a bajar su pañuelo para ver Hange sostener un algodón en una raspadura sobre su labio, tenía varios raspones en su cuerpo y se veía horrible por la golpiza. De relajo, pasando su mano sobre la espalda del menor, le dió una ligera palmadita después.
—Eso fue realmente terrible, ¿te duele?— Hange preguntó.
—Un poco.
—¿Qué clase de dolor sientes?— el semblante de la teniente pasó de preocupación a uno de emoción en poco segundos y eso logró llamar la atención de Amaya quien estaba en una silla al lado de Eren, incluso el rostro del susodicho cambió.
—Disculpa pero gracias a eso ahora estás con nosotros, hemos podido jugar nuestras cartas en el momento adecuado.
Erwin se acercó mientras que Levi aún estaba apoyado en la pared. Amaya los observó en silencio a la vez que sobando su cabeza pues el jaleo que le había proporcionado el azabache le provocó un pequeño chichón que abarcaba la zona sensible de su cuero cabelludo.
—En cuanto a tí ,Amaya, Pixis vendrá a buscarte en unos minutos, aún así Hange se encargará de experimentar un poco para saber lo que puedes hacer.
—Si, eso entendí— Susurró notando como la susodicha se acercaba y agachaba a su altura con una sonrisa en su rostro.
—Me alegra poder experimentar contigo.
Ella tomó su mano emocionada antes de apretar una de sus mejillas y estirarla levemente, cosa que hizo sonrojar a la más joven por aquél acto. En cuanto a Erwin simplemente se agachó para extenderle la mano a Eren que se tensaba ante aquella acción, pareció sorprendido y asustado al mismo tiempo.
—Quiero darte la bienvenida— una sonrisa apareció en sus labios e hizo brillar su rostro, Amaya observó hacia Eren quien estaba casi petrificados ante esto. —Cuento contigo.
