SNK: -"la última bruja"
el clan Ilazki era uno de los mayores misterios para todos los que alguna vez preguntaron sobre el mismo. nadie sabía con certeza las atrocidades por las cuales las mujeres de ese linaje habría pasado pero si se tenían rumore...
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0.72.
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Viva.
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Stohess Siete horas antes.
Mientras la situación fuera de las murallas parecía dar frutos, en el centro de las murallas las cosas se veían mucho mas graves. Ahí se encontraban esos tres de la policía militar, escondidos entre los callejones de Stohess. Halia observó a ambos lados antes de finalmente hacerles una seña y salir de cubierto.
—¿Y ahora qué?— Hitch miró a los lados, Halia tenía su mirada fija en el artefacto que estaban preparando me media plaza central.
—Un patíbulo— la pelirroja susurró, levantando sus cejas con asombro. —Debe de estar en juicio.
—¿Eh, de que hablas?
—El comandante Erwin, lo colgarán sí todo esto no se soluciona pronto— ella la miró, notando que tanto Hitch y Marlo se vieron fijamente unos segundos y luego a ella.
—¿Qué?— preguntaron al unisono. Halia observó a su alrededor.
—Tengo que saber lo que está pasando ahí dentro— dió unos pasos, tenía que llegar a presenciar lo que sea que estuviera pasando, su misión era informar a Hange y Moblit.
—Hey, hey, ¿estás loca?— Marlo la detuvo, sosteniendo su brazo. —¿Y crees que te dejarán entrar así porque si?
—Bueno, tengo que intentarlo— ella se soltó y Hitch se acercó.
—No es algo tan fácil, no te dejarán entrar a menos que estés acompañada de alguien más que pueda hacerlo— la castaña se cruzó de brazos, en ese momento un carruaje pasó por la calle principal y Halia observó hacia el mismo.
Sus ojos se agudizaron al reconocer la figura de un hombre pelado, no sabía sí tenía bigote pero, era pelado. Los tres vieron el carruaje avanzar y finalmente Marlo y Hitch miraron a la pelirroja, la cual miraba muy fijamente el carro que acababa de adelantarse. Halia observó a Marlo por unos segundos.
—No, ni cre- — el pisotón en su pie fue suficiente como para que la soltará. Llevó su mano hacia su piel y dió pequeños saltos en el lugar mientras Halia corría.
