Milo Walker.©#1✔️[BL] [Saga Hermanos Walker]

#53.

"Ya no más."

El corazón permanece donde las emociones son más fuertes—SatanásSexy.

*Escuchen la canción de multimedia, es beutiful.

GIANNER.

Cuando fui por Nica y llegamos a mi departamento él tenía los ojos irritados por haber llorado, no lo dude, lo abrace con fuerzas dándole todo mi apoyo, más que nadie se lo que se siente el rechazo de una madre.

Eso fue esta mañana, ahora se está dando una ducha, por suerte está más tranquilo y manejando sus emociones con más calma.

—¡Gianner, me pasas una toalla!—grita desde el baño el de cabello castaño.

Dejo mi móvil sobre la mesita de luz, voy hacia el armario y saco una de las toallas dobladas. Me muevo hasta el baño, entro y lo que veo me hace sonreír gustoso. Nicanor está de espalda, puedo ver la humedad de su cuerpo mientras cierra la llave.

En momentos como este es que me pregunto, ¿qué hice en mi antigua vida para merecer a dos chicos como mis novios? Seguro algo muy bueno.

—¿Gianner?—Salgo de mis pensamientos cuando escucho que me habla—. ¿En qué mundo estabas, hermoso?

Solo sonrío y le extiendo la toalla, él se enrolla, miro un poco más su abdomen, es definido, aunque sus abdominales no están muy marcados, es fuerte y atlético.

—¿Estás más relajado?—pregunto mirándolo directamente a los ojos, él mueve la cabeza en un asentimiento—. Milo me dijo que sus padres se tomaron bien nuestra relación, pero que Zolan ya está planeando una cena para conocernos formalmente como los novios de su hijo.

—Creo que nuestro suegro quiere darnos la charla.

—Eso es seguro.

Nica sonríe y enrolla sus brazos alrededor de mi cuello, sus labios dejan besos sobre mi mejilla, luego llega a mis labios y no puedo evitar enroscar mis brazos alrededor de su cuerpo. Mis manos se desvían de su cintura a su trasero, lo siento sonreír sobre mi boca cuando apreto sus posaderas. Muerde mi labio inferior logrando que arrugue un poco mi entrecejo, pues duele un poco, y también me envía sensaciones agradables ahí abajo.

—Está toalla estorba. —susurro desatando el nudo que apresiona su parte baja, lanzo a un costado la toalla y sin que se lo espere lo cargo, no demora en enrollar sus piernas alrededor de mi cuerpo—. No sabes lo delicioso que te ves todo desnudo, todo mío.