Magizard. Un giro inesperado.

C3

- Buenos días, señorita. – dijo Jace nada más despertarme con una bandeja llena de comida en las manos. – Te he traído el desayuno, un pastel con 17 velas y un buen vaso de leche.

- Gracias. – dije bostezando.

- También te he comprado algo de ropa.

- No tenías por qué, podría haber ido yo. – le dije

- ¿Te apetece ir a la biblioteca que hay aquí al lado? ¿O prefieres ir al campo? – me preguntó.

- Quiero ir a la biblioteca, coger un libro e ir al campo a leerlo. – respondí.

- Buena idea.

Escogí El guardián entre el centeno y él escogió uno de vampiros.

- El guardián entre el centeno, ¿eh? Buena elección, aunque a mí personalmente no me gusta, he de reconocer que el autor escribe muy bien. Me lo leí cuando tenía 13 años, ya casi ni me acuerdo de lo que sucedía en la historia.

- A mí me gusta mucho el libro, hace dos años que me lo leí y me parece interesante

.- Me gustan más otro tipo de libros, como el que he cogido, por ejemplo.

- A mí también, pero leer siempre lo mismo me cansa un poco, me gusta cambiar de género literario de vez en cuando.

Cuando llegamos al prado, hicimos un picnic y comimos unos sándwiches. Cada uno se puso a leer su libro, de vez en cuando miraba a Jace, solo para admirar su belleza, a veces, él me descubría y me decía:

- Vas a gastarme de tanto que me miras, lee un poco, anda. –

Y volvíamos a la lectura.

Regresamos al crepúsculo, devolvimos los libros y nos fuimos cada uno a su cuarto, me di una ducha para relajarme, cuando me estaba poniendo el camisón para dormir, él llamó a la puerta y cuando abrí, dijo:

- ¿Quieres dormir conmigo hoy?

- Vale, pero solo si me ayudas a dormir.

- Si quieres, puedo cantarte un poco.

- Vale.

Fuimos a su dormitorio, nos tendimos en la cama y empezó a cantarme, lo cual hizo que me relajase y quedase dormida rápidamente.