CAPÍTULO 8

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      El día siguiente, me desperté sintiéndome distinta y muy feliz, mi corazón estaba acelerado. Al girarme, vi a Jace durmiendo, con su cara angelical mirándome. Con cuidado de no despertarlo, fui a darme una ducha para despejarme. Al volver, Jace estaba mirándome con una sonrisa en la cara.

- Buenos días, mi amor. ¿Cómo estás?

- Buenas, estoy muy bien, gracias, ¿te he despertado?

- No, tranquila. Entonces, ¿cómo te sientes? – me dijo con una sonrisa pícara.

- Perfectamente, como nueva. – le dije, mirándolo y admirando su belleza. Me acosté con él y le di un beso.

Me quedé mirándolo, sabiendo que con él nunca me faltaría nada y sería muy feliz. Poco a poco, sin darme cuenta, me fui quedando dormida.

- Despierta, dormilona. – me dijo Jace en voz baja. Cuando desperté, estaba de pie con una bandeja con mi desayuno.

- ¡vaya! Qué caballeroso. – le dije cogiendo la bandeja y empezando a comer.

- ¿Están ricas las tortitas? Las he hecho yo ¿eh? Para que no te quejes de que no te hago de comer. – me dijo.

- Están muy ricas. Señor cocinero, cocina usted muy bien. – le dije sin parar de comer.

- ¿Más ricas que yo? – me preguntó.

Lo que me hizo reír a carcajadas y casi atragantarme con la comida. De pronto, alguien llamó a la puerta, me tapé con las sábanas.

- Adelante. – dije con la boca llena.

Eran Isabel y Natalie, con dos vestidos hermosos.

- Mañana es mi graduación, ¿os gustan nuestros vestidos?

- Sí, son preciosos, ¿tenéis ya todo listo? – dijo Jace.

Sí, te he comprado un traje de chaqueta negro y a ti, Mary, unos zapatos que combinan con el vestido que te regaló Jace. – dijo Natalie dándonos la ropa.

 – dijo Natalie dándonos la ropa

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Magizard. Un giro inesperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora