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Después de entrenar, Jace y yo nos reunimos con Bel en el restaurante y comimos juntos, después, él se fue a comprar y nosotras nos quedamos sin saber qué hacer.

- ¿Nos vamos de compras? – dijo Isabel de repente.

- ¿De compras? Bueno, vale. – accedí.

Nos fuimos a un centro comercial y pasamos el resto del día allí. Regresamos por la noche con ocho bolsas de ropa cada una y otras dos con cuatro pares de zapatos.

- Me encanta tu vestido. – me dijo.

- ¿Cuál de ellos?

- El blanco, deberías ponértelo en vuestro aniversario, por cierto, me gustaría que vinieras a mi graduación, ¿te lo he dicho ya?

- Sí, me lo has dicho como tres veces.

- Jace ha cambiado mucho desde que te conoce, antes era frío, orgulloso, cabezota, parecía no tener sentimientos, pero ahora es una persona nueva, cariñoso, divertido... la verdad, todos somos mejores personas desde que apareciste en nuestras vidas, muchísimas gracias.

Emocionada le dije:

- Gracias a vosotros, me habéis llenado en gran parte el vacío que sentía desde que mis padres murieron.

Nos dimos un abrazo y me fui para casa. Al llegar vi que Celine había llamado, pensé que debía confesarle la verdad sobre mí, que era una Magizard y que cuando le decía que estaba ocupada era en realidad un "estoy entrenando, haciendo hechizos o con mis nuevos amigos", pues me parecía injusto ocultarle algo así a mi mejor amiga.

Sentí que se lo debía, pues siempre había estado junto a mí en los peores momentos. La llamé y se lo conté, pidiéndole que no se lo dijese a nadie, excepto a John, con quién siempre habíamos compartido todos nuestros secretos, los cuales guardaba muy bien. Aunque sabía que no me creería al principio, al final terminó dándose cuenta que lo que le estaba contando era cierto. Ella me dijo que había pasado todo el día con Luis, un chico que empezaba a gustarle. Después de hablar con ella, me acosté y me dormí sin ningún esfuerzo.

Magizard. Un giro inesperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora