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A la mañana siguiente, nos dispusimos a volver a Brooklyn, no sin antes ir a la casa donde Carmen había muerto. Cuando llegamos, Jace me pidió que no entrase, por lo que me quedé fuera. Al volver, Jamie y Jace cargaban un cuerpo destrozado, cuyo rostro estaba desfigurado. No pude hacer nada más que llorar, no podía dejar de pensar en lo que esos hombres le habían hecho a Carmen. La enterramos en el cementerio de Jade, el cual se encontraba en una ciudad a las afueras, Rubí.

Salí de aquel sitio antes que los demás, no soportaba tener que verla así. Pensaba en cómo decírselo a mi abuela, cuando algo se abalanzó sobre mi espalda y empezó a darme golpes cada vez más fuertes, gritaba de dolor. Me volteé para ver quién era y vi a un hombre con la boca y los ojos cosidos, lo agarré por el cuello y forcejeé con él durante un tiempo, me quedaba sin fuerzas cuando recordé lo que Carmen me había dicho el primer día de entrenamiento.


"– Todo puede funcionar como arma, solo tienes que saber cómo usarlo. – "

Entonces, vi un cristal roto, era pequeño, pero no necesitaba más, lo cogí y como pude se lo clavé una y otra vez en la garganta hasta que dejó de moverse

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Entonces, vi un cristal roto, era pequeño, pero no necesitaba más, lo cogí y como pude se lo clavé una y otra vez en la garganta hasta que dejó de moverse. Al levantarme, vi que estaba llena de sangre, me sentí fatal por haber tenido que matar a alguien, traté de recordarme a mí misma que había sido por defensa propia, pero no pude evitarlo y vomité.

Cuando los demás llegaron y vieron al cadáver, se quedaron atónitos, sin saber que decir, les conté lo sucedido y que la sangre no era mía, sino de aquella criatura y Jace me abrazó, sin dejar de preguntarme:

- ¿Estás bien? ¿Cómo estás? ¿Te ha hecho daño?

- Tranquilo, estoy bien, solo me ha dado algunos golpes, pero me pondré bien.

Natalie me alivió el dolor con un hechizo y fuimos hasta donde estaba el portal.

Al llegar allí, vimos los destrozos y las consecuencias de la guerra, centenares de cadáveres, árboles quemados, etc. Encontramos el portal casi cerrado, pero aún pudimos volver sin necesidad de gastar energía creando uno nuevo. Sin pensarlo dos veces cruzamos el portal, volviendo a casa.

 Sin pensarlo dos veces cruzamos el portal, volviendo a casa

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Magizard. Un giro inesperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora