- ¡Ya está bien!, si quieren guerra, la tendrán. – exclamó Jamie entrando en la biblioteca.
- ¿Qué sucede? ¡Por Dios! Estás pálido Jamie, tranquilízate. – dijo Natalie.
- Han matado a mi familia, mi hija y mi esposa están muertas por culpa de esos imbéciles. – dijo intentando aguantar las lágrimas, al final no pudo más y empezó a llorar, fuimos a consolarlo.
- Seguro que El Círculo quiere ir a por ellos ahora y matarlos a todos, entonces, podrás vengarte. – intentó tranquilizarle Jace.
- Los mataré, lo juro. – dijo Jamie.
- Les enviaremos una carta al Maestro y a El Círculo, aprobarán una guerra en cuanto se enteren, seguro, vamos a ganar. – dijo Isabel.
Enviamos la carta y esperamos a que Jamie se tranquilizase, luego, Natalie y yo nos fuimos a practicar, me dio algunas clases de defensa propia, pues, aunque pudiésemos hacer magia, a veces también era necesario pelear.
- Para matar vampiros, debes decapitarlos y quemar su cuerpo o hacer que la luz solar los queme, si solo quieres herirlos, debes usar unas pistolas especiales que hay o rociarlos con agua bendita, aunque lo último solo funciona si son cristianos. Para matar o herir hombres lobo, no hay cosa mejor que la plata... - me explicaba ella mientras me enseñaba todo tipo de armas. Yo no podía parar de pensar en Jamie y en Isabel, Mike aún no se había enterado, pues se encontraba de viaje en Washington, en una misión contra una manada de hombres lobo que habían matado a dos personas sin causa alguna. También me preocupaba la idea de una guerra, los Evilstar eran muy poderosos y si estallaba una guerra perderíamos a muchos de los nuestros, pero debíamos pararles los pies.
- ¿Y todo eso aparte de lo hechizos? – le pregunté.
- Sí, los hechizos sirven más que nada para luchar contra seres mágicos: hadas, otros brujos, dragones negros y rojos, sirenas... Los demás dragones suelen ser benévolos y los fénix, también. Y los vampiros y hombres lobo, no son seres mágicos, pero son inmunes a los hechizos, además, debes recordar que no todas las criaturas se saltan la ley, excepto los demonios, esos seres siempre siembran el mal por donde pisan, para matarlos, debemos pelear duro y dispararles con estas pistolas. – me explicó enseñándome una especie de rifle con un cuchillo en la punta.
- Entonces, ¿habrá guerra? – le pregunté intrigada.
- Si El Círculo la aprueba, sí. – me dijo recogiendo las armas y guardándolas en una caja.
- ¿Cómo va eso de El Círculo y El Maestro? – le pregunté con curiosidad.
- El Círculo recibe la carta, la lee y decide si se la entrega al Maestro o no, él es quien finalmente decide si aprobar o no lo que dice la carta, en este caso la guerra. – explicó.
- Así que, si El Círculo no lo ve importante, ¿no llega nunca a leerla El Maestro? – concluí.
- Así es. – dijo con tristeza. – y mi hermano irá igualmente a matarlos, lo cual podría hacer que lo castigasen con la cárcel o incluso algo peor, con quitarle sus poderes, por lo que dejaría de ser un Magizard.
- ¿Jamie es tu hermano? No os parecéis mucho, aunque Bel y Mike tampoco es que sean iguales.
- Somos hermanos de madre, mi padre murió cuando yo tenía dos años, a los cinco años de su muerte, mi madre conoció a Robert, el padre de Jamie, se casaron y a los dos años de matrimonio nació él, puede que Jamie sea más joven, pero yo soy más guapa. – esto último lo dijo con un tono sarcástico.
- Parecéis más jóvenes. – le dije incrédula.
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Magizard. Un giro inesperado.
FantasyMary, una chica que vive con su abuela desde que perdió a sus padres, se siente perdida, vacía y en una constante búsqueda de encontrarse a sí misma. Un día, su mejor amiga Celine y ella entran en un restaurante, donde conocen a un joven camarero...