C3

1 0 0
                                    


"Estaba en una cama enorme, sentada, poniéndome unos zapatos de tacón blancos, me miré en el espejo, estaba vestida de novia.

- Estás hermosa.


Al volverme, vi a mi madre con lágrimas en los ojos, vestida con un vestido escarlata y unos zapatos azules. Luego vino mi padre, quién me acompañó al altar. 

Una vez allí miré a Jace, estaba tan perfecto como siempre, su traje era entero negro. De repente, sin saber cómo, salió ardiendo un árbol, rápidamente, el fuego se expandió y vi como todos mis seres queridos morían quemados. 

Jace me dijo con una maléfica sonrisa:

- Ahora seremos felices."


Me desperté sobresaltada, miré a mi alrededor y vi a Jace saliendo del cuarto de baño, con una toalla enrollada en la cintura, dejando su torso lleno de marcas al descubierto. 


Según Mike, las marcas simbolizaban el nivel que tenían los Magizards, el primer nivel, por ejemplo, se representaba con un Inguz, símbolo del comienzo, el cual me harían pronto. Por lo que había entendido, se hacían con sangre de demonio, la cual, al secarse, era permanente.

 Sacándome de mis pensamientos, puso su cara frente a la mía y dijo:

- Buenos días, princesa. ¿Cómo estas hoy? Te dormiste muy rápido con mi canción, ¿te gustó o fue por aburrimiento?

- Buenos días, cantas de maravilla, tu voz es tan dulce como la de un ángel. – le dije sonriendo.

- Bueno, soy mitad ángel, eso debería explicar por qué soy tan irresistible y encantador, ¿no? – me dijo al oído

- No tiene por qué, yo no soy como tú, soy bajita, flacucha...Un polo opuesto a ti, la verdad es que no sé cómo puedo gustarte. – me sinceré con él.

- Mary, te amo porque para mí eres perfecta tal y como eres, si te vieras con mis ojos, sabrías lo hermosa que eres. – dijo.

- Gracias, creo que en tu tiempo libre deberías dedicarte a cantar. – le aconsejé.

- Los Magizards deben hacer cosas serias, cantar no entra en esa categoría.

- Cada uno debe decidir por sí solo que hacer con su vida, pero no todos tienen el valor de enfrentarse a un futuro que los demás le han impuesto, puedes dedicarte a dos cosas a la vez, ¿sabes? – le dije para cabrearle.

- Tengo el valor suficiente, simplemente no quiero. – dijo claramente enfadado

- Vamos, no te enfades, era una broma.


Él vino, me cogió por los pies y me arrastró al borde de la cama, luego, se puso sobre mí y dijo:

- No estoy enfadado, pero sé que tienes razón y no me gusta reconocerlo, soy un poco orgulloso.

- ¡Ajá! Así que no eres perfecto.

- Nadie lo es.

Magizard. Un giro inesperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora