- Han aprobado la guerra Mary, empezará dentro de cuatro días, estamos entrenando duramente. – me había dicho Jace la última vez que hablé con él.
- Debería estar entrenando con vosotros. – le dije.
- No, tú no irás. Mira, no es que piense que eres débil, pero no estás lista para esto, habrá muchas víctimas.
- Soy una de vosotros, no puedes excluirme de un mundo en el que tú mismo me metiste.
- Lo sé, sé que la culpa es mía y que no tengo derecho a prohibirte nada, pero, por favor quédate, no puedo perderte. – me suplicó.
- Prométeme que estarás bien y regresarás sano y salvo, ¿Cuánto durará la guerra? – le dije.
- Sí, te lo prometo. No sé cuánto durará, ¿te quedarás? – insistió.
- A lo mejor, pero solo porque me lo pides tú. – accedí.
- Gracias, te amo. – me dijo a modo de despedida.
- Yo también te quiero. – me despedí.
Aunque le prometí esperarlo sin luchar, no sabía si podría cumplir esa promesa, por lo que me puse a practicar hechizos sin parar y le pregunté a mi abuela si sabía de alguien que pudiese ayudarme a preparar técnicas de lucha. Entonces, ella habló con nuestra vecina Carmen, quién era de los nuestros, entrené durante dos meses hasta que me dijo:
- Estás lista, Mary.
- Gracias por enseñarme, has sido una gran maestra.
- Y tú una gran alumna. Tranquila, Jace estará bien, es un chico valiente y sabe cuidar de sí mismo. Además, te prometió que volvería y nosotros jamás juramos en falso.
- Lo sé, pero, aun así, no puedo evitar preocuparme por él.
- Te acompañaré, si quieres.
- Sí, por favor.
Decidimos ir ese mismo día a Jade, el país de procedencia de los Magizards. Abrimos un portal, cuando crucé, la sensación fue de mucho frío, una niebla me rodeaba, caí en la cuenta de que había caído sobre algo, cuando me levanté, vi que era un hombre muerto, con las cuencas de los ojos vacías, me aparté rápidamente y descubrí que aquel no era el único cadáver, había decenas de ellos, revisé cada uno de sus rostros esperando no reconocer a ninguno, por suerte, así fue. Carmen cruzó poco después y vino hacia mí.
- Han dado una tregua, debemos ir a echar un vistazo a Esmeralda, la capital, aunque lo más seguro es que hayan ido al refugio subterráneo, al que iremos más tarde.
- ¿Está muy lejos? ¿Cuántos refugios hay?
- Alrededor del mundo hay 50, pero aquí solo hay uno, está a dos horas.
- Está bien.
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Magizard. Un giro inesperado.
FantasyMary, una chica que vive con su abuela desde que perdió a sus padres, se siente perdida, vacía y en una constante búsqueda de encontrarse a sí misma. Un día, su mejor amiga Celine y ella entran en un restaurante, donde conocen a un joven camarero...