Vivianne Bianchi en multimedia
Ocho años después...
Miro al hombre que está sentado frente a mí, parece calmado aunque sé que en el fondo se muere miedo me da satisfacción saber que hasta los más rudos tiemblen ante mi presencia.
-Entonces...-digo con voz calmada- ¿creías que no me iba a enterar que estabas distribuyendo drogas en mi club?- camino alrededor de él, con un cuchillo en mis manos- yo me entero de todo, absolutamente de todo lo que pasa en mi territorio - digo para pasar el cuchillo por su mejilla, tiembla en e intenta salir de sus ataduras pero no puede.
-Le juro que no volveré a hacerlo- su voz está cargada de miedo- pero por favor no me mate-
Río
-Claro que no lo harás- digo suavemente, para después enterrar el cuchillo en uno de sus muslos su grito de dolor inunda el almacén- pero si no me dices ahorita en este momento lo que quiero saber me encargaré de que tu y toda tu familia desaparezcan- encajo el cuchillo más a fondo en su pierna- tengo entendido que tienes una preciosa niña de dos años, me pregunto cómo se verá toda cubierta de sangre-
El hombre niega con la cabeza desesperadamente.
-Le diré todo lo que quiere saber- llora y moquea como una vieja- pero le suplico no mate a mi familia-
-Entonces, ¿quién te pagó para que distribuyeras la droga?-
-El señor Wang, me da la droga y yo la vendo y distribuyo después nos dividimos las ganancias-
Después de torturarlo y sacarle la información necesaria me coloco unos guantes tomo un bisturí de la mesa, me acerco con una sonrisa sádica formándose en mi labios el hombre suplica por su vida chasqueo los dedos de inmediato dos de mis hombres le toma el rostro le abren la boca, tomo su legua y la estiro hasta donde llega, de un solo corte se la corto su sangre salpica pero no llega hasta mi, mis hombres lo sueltan para después cortar sus ataduras cae al piso mientras pone su mano en su boca tratando de detener la hemorragia, me pongo hasta su altura.
- Es una pena, que tengas que dejar el trabajo eras un buen empleado, pero toma esto como un consejo bueno...- miro como se ahoga con su sangre- si es que sobrevives, nunca muerdas la mano que te da de comer y sobre todo para que aprendas que con la Emperatriz nadie se mete- me levanto, le hago una seña mis hombres- encárguense del cuerpo, y asegúrense que su familia reciba el finiquito de la basura esta- digo para salir del almacén.
Salgo del almacén donde Carlo mi hombre de confianza me espera, me abre la puerta trasera del auto y me monto en el, arranca el coche mientras vamos en camino a casa checo en mi computador los correos mañana es día de juzgados hago una mueca al saber que no iré a la oficina mañana ese es el precio de ser abogada penal mucho juzgado poca vida social no es como si tuviera muchos amigos aparte de Angelé, le confirmo a mi asistente la agenda de mañana y le pido que pasé las citas de la tarde para la próxima semana cuando menos me lo espero ya estamos en casa le agradezco a Carlo paso por el recibidor para ir a mi estudio en el camino me encuentro a Angelé.
-¿Cómo te fue?-
-Me dio información útil, como lo suponíamos desde un principio Wang es el que está detrás de todo esto- hago una mueca.
-Al parecer el viejo todavía no recuerda quien está a cargo- dice con desagrado- informaré en los clubs para que estén atentos a cualquier movimiento sospechoso-
-El viejo está resentido todavía de que haya asesinado a uno de sus mejores socios- me encojo en hombros- han pasado doce años de lo ocurrido y sigue sin superarlo empieza a ser un dolor en el culo pero necesito mantenerlo vigilado-
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Amarte de Nuevo
RomanceSaga Flores en la Mafia #2 ¿Qué pasa cuando cometes un error? Un error que te costó lo que mas amabas Para Vivianne Bianchi el haber cometido aquel error, le costó mas de lo que quiere admitir ahora tiene que afrontarse a las consecuencias de sus...