Capítulo 35

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Vladimir

Entro a la bodega donde está la sesión de la tortura, veo que Rea golpea a Francesco en diferentes partes del cuerpo mientras le repite todo lo que ha hecho.

-Esto- golpe- fue- otro golpe- por mi esposo- le da un último golpe, para después soltar el palo.

Francesco se ríe, a pesar del dolor escupe sangre pero Rea lo esquiva.

-No iba a permitir que ningún aliado de Vivianne quedara vivo- hace una mueca- lástima que la bala no te dio-

-Sabes Francesco, si fueras más inteligente le habrías sacado provecho-

Responde mi mujer que está sentada leyendo un libro de lo más normal posible, para alguien que es sádico esto es un juego de niños.

-¿Sabes realmente quien es ella?- dice burlonamente- no solo es la Reina de la Bratva, es tu hija-

El hombre los ojos desmesuradamente ante la nueva información para después echarse a reír.

-¿Mi hija dices?-

-¿Recuerdas tu romance con Alessa Stirling?- dice esta vez Rea- bueno de ese romance dejaste tu esperma en su vagina, creándome- se señala a sí misma- más para ella no estuve en sus planes y me dejó en orfanato en Grecia, años después supe quien eras, luego conocí a Vivianne y me mostró la escoria que eres-

-¿Sabes qué es lo mejor de todo, padre?- Anne se levanta para estar a la altura de él- que Enzo y yo, lo sabíamos desde un inicio-

Veo que Francesco se pone pálido extremadamente pálido, entonces suelta un grito de ira y trata de salir de sus ataduras, mi mujer suelta un carcajada ante su reacción, se devuelve a su lugar.

-¡Yo no sabía nada! ¡Te lo juro!-

-Eso ya lo sé- dice con simpleza Rea- pero no trates de jugar con mi mente, ya todos nos hemos dado cuenta de tu verdadera cara-

Me acerco hasta donde se encuentra mi mujer, leo el título del libro que está leyendo.

El Kamasutra

Suelto una risa, al recordar el brindis que hice hace seis años en la boda de Rea y Sevastien.

-¿Por qué estás leyendo ese libro?-

-Me dio curiosidad, aparte mi hermana dice que abre las puertas a placeres incontrolables- hace ademán con su mano- pero no entiendo para que me lo da, cada página que leo, cada posición que hemos hecho-

-Déjame ver- quito sus piernas de reposabrazos, la hago levantarse para después sentarla en mi regazo en su posición inicial- así está mejor- digo para poner una mano en su trasero, le doy un azote suelta un chillido de sorpresa- definitivamente así está mejor-

-Aprovechado-

Hojeo el libro, definitivamente Vivianne tenía razón cada una de estas posiciones las hemos hecho al derecho y al revés desde la flor de loto hasta la francesa hasta que llego a una según el titulo se llama la rusa.

-¿Sabes cuál es la rusa?-

-Sí, ¿por qué?- pregunta ella de lo más natural- en pocas palabras uso mis pechos para follarte- la miro arqueando una ceja- ¿qué?-

-¿La has hecho alguna vez?-

-Sí- se encoje en hombros- unas tres o cuatro veces-

Miro a Sevastien que se prepara para golpear a Francesco.

-Amigo- el me mira- dos derecha-

-Gracias- entonces golpea con fuerza la rodilla derecha de la escoria, los gritos se vuelven a escuchar- cariño, me traes el ácido- dice mirando a su esposa.

Amarte de NuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora