Capítulo 33

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Vivianne

Muy bien

Esto no era parte de mi plan

Realmente no pensé que esto fuera a suceder pero me alegro que los tres hombres de mi vida estén a salvo ciertamente esto me da una ventaja ellos creyeron que yo estaba sola en la cabaña que ese era mi escondite, no quiero ni imaginarme cómo es que me encontraron pero vale la pena con que mi gente no esté en peligro por mi culpa pero para esta hora Vladimir ya debe estar en Rusia preparando todo, confío ciegamente en que vendrán por mí, trato de deshacerme de mis ataduras pero están realmente apretadas temo que hasta la sangre no esté circulando aunque no veo nada por la capucha que me pusieron en la cabeza se que nos estamos dirigiendo a China, después de varias horas por fin aterrizamos en mi país me montan a otra camioneta sigo sin ver nada, después de lo que parece una eternidad llegamos a nuestro destino me toman del brazo con fuerza gruño por la presión que ejerce el mastodonte, caminamos un par de pasillos hasta que me avientan caigo de rodillas gruño ante la brutalidad me quitan la capucha parpadeo un par de veces para acostumbrarme a la luz, entonces veo al responsable de todos mi problemas está sentado una silla que simula un trono a su lado izquierdo están los jefes de cada clan entre ellos el viejo de Wang quien sonríe de satisfacción al verme en esta posición también se encuentra Jian Noshimuri quien me da un imperceptible asentimiento de cabeza y a su derecha están los jefes de cada mafia italiana entre ellos mi hermano en su mirada puedo ver la preocupación pero le digo con la mirada también que todo está bien, Francesco se levanta de la silla antes de que lo espere recibo un golpe en la cara que me voltea el rostro siento el sabor metálico en mi boca escupo aún lado del piso suelto una risa mientras limpio la sangre de mi labio con mi lengua.

-Sigues pegando como niña, Francesco-

Entonces recibo otro, vuelvo a reírme pero esta vez más fuerte como le he mencionado antes soy sádica y masoquista por lo que esto me genera un enorme placer, Francesco me toma del cabello con fuerza siseo ligeramente por el dolor hace levante la mirada hacía su rostro donde muestra una sonrisa de suficiencia.

-Te dije que me apoderaría de lo que es mío-

-¿Lo que es tuyo?- digo burlona- no me hagas reír, tú nunca pero nunca has sido dueño de nada- entonces veo a los jefes de los clanes, metiéndome en el papel de jefa traicionada-¿qué esperan para ayudarme par de cabrones?- grito furiosa- ya verán cuando los tenga en mis manos- todos tienen la decencia de tragar saliva duramente.

-Ellos no te ayudarán, se dieron cuenta que yo soy mejor para ser el emperador que tu, una vez que me deshaga de ti, de tus amigos y tu amado Vladimir, nada me impedirá ocupar el puesto que me pertenece-

Eso hace que me hierva la sangre, antes de que él lo prevea golpeo su cara con mi frente que tenga las manos atadas no significa que no pueda defenderme veo como sale de su nariz, me golpea de nuevo en el rostro caigo al suelo entonces me da patada en el estomago sacándome el aire, carajo, creo que me fracturó un par de costillas me vuelve a tomar del cuero cabelludo siseo más fuerte del dolor, pero eso no me detiene.

-¡Te atreves a tocar uno de los míos y yo misma te mataré!- le grito.

-No tienes poder para hacerlo, yo soy el nuevo emperador-

Suelto una carcajada ante semejante estupidez.

-No entiendes, ¿verdad?- digo burlona- nunca va a haber un emperador, siempre habrá una Emperatriz, aunque hubiera uno te garantizo que serías la última persona a la que consideraría para el puesto - me suelta dejándome en el piso nuevo, respiro entrecortadamente debido a mis costillas- admítelo Francesco, jamás llegarás a mis talones no eres más que el chicle que piso con la suela de mi tacón, nunca estarás a mi altura-

Amarte de NuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora