Capítulo 4

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Vladimir

Su cuerpo se desvanece, la atrapo antes de que caiga al piso su piel está pálida, creo que no debería haber dicho lo que dije la sacudo para tratar de despertarla pero no reacciona algo llama mi atención una mancha en el piso más bien varias sigo su rastro entonces el rastro termina en ella miro su cuerpo en busca de heridas entonces palmeo la zona del abdomen a un costado siento algo caliente en mi mano, sangre.

Mierda

-¡Ayúdenme!- grito para que me pongan atención, los hombres de Vivianne se acercan uno en particular debe ser el jefe de los guardias- tiene una herida en el costado, debió ser cuando me protegió de la bala-

Revisa la herida, se quita el saco para hacer presión en ella maldice en italiano.

-Tenemos que irnos al hospital ahora- dice sin dejar de hacer presión- si sigue perdiendo sangre probablemente morirá-

-No entiendo, la bala solo le rozó- digo sin entender la alarma.

El niega con la cabeza.

-La señora sufre de hemofilia, una condición genética que hace que la sangre no coagule-

-Entonces no perdamos tiempo-

La tomo en brazos para bajar las escaleras rápidamente e irnos al hospital, el hombre conduce a toda prisa mientras yo voy en el asiento trasero haciendo presión en la herida miro su rostro que cada vez se pone más pálido.

-No te mueras, rubia- digo en un susurro mientras acaricio su mejilla.

Aún tengo cosas que decirte

Llegamos al hospital en tiempo récord, aviso a las enfermeras rápidamente traen una camilla la deposito ahí veo como se la llevan para atenderla pocos minutos después llega Rea y Sevastien.

-¿Cómo esta?- pregunta ella.

-No losé, no me dejaron pasar al parecer sufre una condición genética- digo para tomar asiento, paso mis manos por mi cara- no pensé que fuera a pasar por esto, en volver a verla desde que firmé los papeles de divorcio hace ocho años- digo soltando un suspiro, para después mirar a mi amigo- ¿Hace cuanto la conoces?-

-Hace como unos cinco años, hicimos negocios varias veces- se encoje en hombros- no tenía idea que ustedes tenían algo en común-

-Fue mi esposa durante un año, todo iba bien hasta que un día volví del trabajo y ella ya no estaba ni siquiera sus cosas se había marchado no supe de ella hasta que me llegaron los papeles del divorcio- suelto con amargura- ahora ocho años después me llevo la sorpresa que es la mujer que gobierna toda china y que se apoda Emperatriz, ¿Quién iba pensarlo?, me dejó porque no manejo un poder tan alto como para estar a la altura que ella quiere-

-¿Cómo estás tan seguro de eso?- dice mi amigo- tal vez hay otra explicación al porque te dejó-

Niego con la cabeza

-¿Qué más puede ser?-

Un carraspeo interrumpe nuestra conversación, miro a la persona que interrumpe es el mismo hombre que no se despega de ella tiene un mirada preocupada pero a la vez molesta.

-Sí, me permite decir señor Kozlo- se calla unos segundos- mi jefa no quiso abandonarlo así porque si, ella tuvo los motivos que creía para irse, estuvo llorando por usted durante un año entero incluso hasta la fecha la culpa de dejarlo la atormenta- con eso se da vuelta, para desparecer por el pasillo.

¿Qué querrá decir con eso?

¿Qué tanto escondes Vivianne?

Esperamos alrededor de varias horas, Sevastien y Rea se fueron hace rato no podían dejar a los niños tanto tiempo solos, el guarda espaldas el cual no se su nombre está recargado en una pared tomando una taza de café estamos en absoluto silencio hasta que un doctor sale con varias enfermeras detrás de él.

Amarte de NuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora