•°𝑻𝒂𝒏𝒈𝒍𝒆𝒅°• Jenlisa

13

Mamá se marchó, pero me había dejado una buena enseñanza. De hecho, creo que era el mejor consejo que había recibido en mi vida. Ella tenía mucha razón, el mundo era una jungla y si no adquiría habilidad para sobrevivir en ella, terminaría malparada.

Durante el resto de la tarde me la pasé dándole vueltas. Al asunto. Visite algunas páginas de internet. Francia sonaba genial. Harvard también tenia lo suyo. La tentación estaba al alcance de una llamada. No. De hecho, al alcance de un clic. Abrí mi Facebook y acepte la solicitud de mamá demasiado rápido como para ponerme a pensar en ello. Esperé y espere durante horas para ver si se conectaba, pero ella jamás llegó.

Más tarde, Jackson se pasó por mi cuarto y se sentó en la cama con demasiada familiaridad dado mi estado de ánimo.

—que es lo que quieres?— le pregunté

— supe lo de tu mamá. Monserrat me lo dijo.

— es ella— le mostré una foto que tenía en su muro de Facebook.

— vaya. No está nada mal. Es igual de linda que tú.

—si, por desgracia es una odiosa.

— bueno... No importa. Tienes algo que hacer?

— mmm... No. No realmente.

— vamos a una fiesta.

—No tengo ganas de ir.

— vamos, te sentirás mejor— insitó Jackson y me dio unas palmaditas en la espalda— un poco de alcohol te servirá para lapidar todas tus penas.

— olvídalo. Mi padre me matará.

— él saldrá a trabajar y por Monserrat le da igual.

— no lo sé

Jackson me dio un beso en la cabeza

— que Jennie te haya botado no significa que tengas que volverte una odiosa como tu madre. Sólo intento hacerte sentir mejor. Necesitas nuevos amigos.

— y tú eres el señor social?

—si— Jackson se acostó en mi pared y sonrió como todo un galán de película. Su propuesta resultaba tentadora. Estaba tan enojada conmigo misma por haber comenzado a cambiar que quería matarme con alcohol. Recordé las palabras de mamá y me di cuenta de que me estaba volviendo una conformista. Si me quedaba aquí, me conformaría con la soledad, con Jennie y con un minúsculo círculo social. No. Había venido a Corea no sólo a estudiar. También había venido para hacer amigos, para alocarme un poco y tratar de pasar el mejor año de mi vida. Tenía que hacer algo antes de que la depresión se llevará lo mejor de mi.

— de acuerdo. Sal un momento. Voy a cambiarme.

—no. Puedo esperar aquí.

—vete.

Jackson sonrió y abandonó mi habitación.

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Por más rebelde que quisiera ponerme, no estaba dispuesta a romper mis principios en cuento a la ropa. Iba a una fiesta a beber alcohol. Me embriagaría tanto que sería propensa a caer en las redes de Jackson. Pensando en eso y anticipandome a qué se aprovecharía de mi, opté por no ponerme una minifalda. En su lugar me puse unos jeans negros y los asegure a mis caderas con el mejor cinturón que tenía. Me puse una blusa con botones y me coloqué un abrigo.

Esperé en la sala. Jackson estaba cambiándose de ropa en su habitación. Jennie apareció por las escaleras. Se veía igual de sexy como siempre, modelando unos pequeños  shorts rosas que hacía juego con su blusa blanca. Había frío y se veía a lenguas que no traía sostén. Bajó con sutiles movimientos con las caderas y al verme sentada y con la cara de idiota puesta sobre ella, me sonrió como en los viejos tiempos.