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Baje del autobús y corrí hacia la entrada de la universidad. El portero que cuidaba la reja tuvo que pensárselo dos veces para decidirse a dejarme entrar y no era porque llegaba tarde una vez, si no qué desde el lunes mi récord perfecto de puntualidad y asistencia había desaparecido. Culpa mía? Nooo. La culpa era de Jennie

El domingo, cuando tuvimos nuestro, eh, episodio, me sentí como lo que usualmente se suele llamar "una muñeca de trapo" estaba asqueada conmigo misma por dejarme llevar con Jen, por dejar que la situación sé saliera de nuestras manos y sobre todo, porque yo había quedado como la pelinegra ardiente y urgida por sexo. Y vale, tal vez haya algo de razón en el hecho de que yo si deseaba perder "mi virginidad" con Jennie, pero ¡Joder! Lo que me había hecho era ilegal. Ni siquiera mis exs novios eran capaces de hacer tal atrocidad.

Recuerdo que me enoje con ella y casi tuve que amarrarme a la cama para no volver a su cuarto para gritarle que se olvidará de Rose ¡Esa relación ya estaba hasta el límite! Era como una presa de agua a punto de desbordarse y, cuando lo hiciera, algo me daba la impresión de que Jennie sería la primera en ahogarse

El lunes por la mañana ella se mostró demasiado hosca conmigo. Yo estaba dándome una ducha para ir a clases y ella se la pasó cinco minutos golpeando la puerta. Ojalá que se le rompa la mano, pensé en ese momento. Llegue tarde ese día porque, debido al mal humor que ella me causaba, olvidé mi tarea y tuve que regresar a casa por ella.

El martes se repitió algo parecido y cuando yo intenté reparar las cosas, Jennie dijo que no le hablara por unos días, que necesitaba pensar las cosas con mayor claridad y bla, bla, bla. Comenzaba a detestarla. Ese día tampoco llegue temprano porque le dije a Monse que todavía no acababa la tarea. Y lo cierto es que no la había hecho, pero más que nada decidí que iba a ser muy incomodo viajar en el mismo auto con Jennie.

Todo el día estaba mal encarada y me miraba como si fuera yo la que la había violado. Que lindo, no? Pero lo siento, Jennie. Tu sabes que la culpa fue completamente tuya y ahora, por tu actitud de quinceañera en problemas, estoy a punto de matarte.

Respiré despacio antes de entrar al salón y reuní toda la buena vibra que pude conseguir. Pensé en cositas lindas: perritos, gatitos, florecitas, una malteada de vainilla, los pechos de Jisoo, el cielo, el sol, las piernas de Jennie... ¡Jennie!

Me di un golpecito en la mejilla y entre mostrando la mejor de mis sonrisas a la señorita miss, la amargada maestra de física integral. Ella bufó al verme, como si le satisfaciera que mi récord de asistencia y puntualidad ahora estuviese roto.

— estás no son horas de llegar, señorita.

—lo lamento, miss. Tuve unos problemas.

—bueno— puso los codos sobre la mesa y juraría que me lanzo una maldición entre los labios— tiene inasistencia.

Fruncí el ceño

—entonces procedo a retirarme.

—un paso atrás y tendrá doble inasistencia.

¡Ah! Que le pasa a todo el mundo? A puesto a que a la miss no le dieron anoche.

— siga— dijo, luego de suspirar y resignarse— como la tutora de esta clase, he asignado nuevos asientos. Ya que no se comportan como tal sino como de primaria.

Le eché un vistazo a mis compañeros y vi que, efectivamente, todos estaban ordenados de una manera diferente. Mi lugar al frente de Jennie lo ocupaba un muchacho y a ella eso no le parecía importarle. El único lugar vacío estaba en un rincón, al lado de Sorn. Dios, pensé, esa mujer iba a matarme con la primera estupidez que saliera de mi boca.

•°𝑻𝒂𝒏𝒈𝒍𝒆𝒅°•  JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora