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Los niños pueden ser unos expertos a la hora de sacarte canas verdes, pero al final de cuentas siguen siendo niños. No importa lo hiperactivos que se vean, ni lo traviesos y caprichosos que puedan ponerse, al final del día siempre querrán estar en sus camas sintiendo el afecto de sus padres.

Ella no era una excepción

Justo antes de la hora de cenar, Ella me había sacado de quicio con preguntas que a cualquier chica le pondrían la cara colorada. Por accidente había descubierto mis toallas femeninas y me había preguntado qué diablos eran esas cosas. Le dije que solo las niñas grandes las usaban y que ella también las usaría cuando tuviera mas edad. Me preguntó si tenía novio. Le dije que no. Me preguntó por qué y le dije que no era momento para hablar de eso. En respuesta me soltó toda una letanía: dijo que era demasiado negro mi cabello y demasiado corto, que mis ojos parecían dos platos gigantes, que lamentablemente no tengo mucho busto, que soy muy flaca y que tengo que tener cuidado con el viento para que no me lleve, y que terminaría viviendo debajo de un puente y pidiendo limosna.

Apenas logré hacer que se durmiera

~•~•~•~•~•

—buenos días— saludó Jennie tras un largo bostezo por la mañana.

— ya estás de buen humor?

— no soy humana hasta que tomó café— Jen me hizo un ademán para que la siguiera a la cocina— si estoy de malas, perdona. Es el estrés de la escuela lo que pone como agua para chocolate.

—cachonda?— me aventuré a bromear. Ella rió y guiño un ojo con gesto que pretendía ser seductor— ya estoy acostumbrada a tu trastorno bipolar.

Jennie se inclinó para sacar la comida del refrigerador. Llevaba unos cortisimos shorts negros con las palabras "love me". Un mensaje bastante sugerente por cierto. Sus nalgas eran perfectas. Deseé tener el valor para mover mi mano sobre ellas y darles una nalgada ruidosa.

—Lisa, anoche peleé con Rose por teléfono.

No supe qué decir. Jennie nunca sacaba un tema de conversación referente a Rose. Ella interpretó mi silencio como una señal de atención.

— nos dijimos cosas horribles— su voz adquirió un tono raro, como una ira reprimida— mencionó a mi madre y tú sabes cuánto odio que hablen mal de ella.

— deberías dejarla. Rose es una pésima influencia para ti.

Jennie se encogió de hombros y se dejó caer sobre una silla. Se bebió su café de un sorbo y se cubrió la cara con las manos

— Lo sé, Lo sé. Rose ha sufrido tanto como yo. No quiero dejarla sola.

— pero no la amas. Es decir... Sólo estás con ella por el cariño que le sientes. Has pensado que tal vez es sólo compromiso?

— bueno...

— ella te golpea, te ofende y dice cosas muy malas de tu mamá. Eso no es amor.

— por el contrario, tú me sonríes— dijo Jennie. El rubor se me subió a tope— no me ofendes, sino que me alientas a continuar, y lo único que piensas de mí mamá es que fue una mujer muy valiente que me amó hasta el último segundo. No es así?

— es... Cierto— no buscaba donde esconder mis ojos. Su mirada me cautivaba. Eran tan profundos...

Jennie me tocó la mano.

— no sé qué hacer, Lisa. Siento que si la dejo, yo quédate como la mala de la historia.

— siempre seremos los malos en una historia mal contada.

Hubo silencio, ya no sabía que más decir, tal vez ella quería un concejo. Pero ella me contemplaba como si lo que dije anteriormente la hubiera hecho pensar.

Mi corazón se aceleró. Una fuerza que no logré controlar hizo que mi mano se moviera hasta su mejilla para acariciarla. Ella se derritió como un gatito buscando consuelo.

— gracias, Lisa.

— de que?

— ya sé lo que quiero hacer.

—eh?

Jennie se humedeció los labios.

— descuida. A partir de ahora, voy a tratar de ser una mejor persona.

No comprendí exactamente qué se refería. Jennie se levantó para servirse otra taza de café. "love me" quedó frente a mí otra vez.

Me di una cachetada.

— estás bien? Te volviste loca?

— no, no. Descuida. Solo es para.... Despertarme. Si, eso.

— te gustan mis minishorts?

—eh? Em... No sé

—o mis piernas?

— ¡Jennie!— me levanté. Aunque era una tremenda mentira, me ofendió que ella pensara que me la estaba comiendo con la mirada.

De pronto el timbre de la puerta sonó. Jen dejó el café en la mesa y fue a tender. Sentí un respiro al fin. Que demonios estaba pasando conmigo?

—¡Hola, señor Manoban!

Salí de la cocina justo cuando Jennie abrazaba a mi padre

— parece que tuviste una buena mañana, JenJen.

— tu hija es maravillosa a la hora de subirle los ánimos a la gente.

—Lo sé. ¡Ah! Lisa!

Verlo me hizo sentir mil veces mejor. Lo abrace tan fuerte que casi le quebré las costillas.

— que haces aquí tan temprano?— pregunté

— tengo la mañana libre. Pensé en venir y en llevarlas a desayunar. Y Monserrat?

— durmiendo— contesto Jen— iré a despertarla

— déjalo. La despertaré yo.

Subió por las escaleras.

— Lisa, ven conmigo.

Ésta era la tercera vez que me invitaba a su habitación. Cada vez que entraba me daban escalofríos. El cuarto de Jennie de alguna manera tenía un aura potente. Me senté sobre su cama. Jen se acomodó en su silla giratoria y se cruzó de piernas. Mis pupilas siguieron cada movimiento. La odio. Sabía que estaba mirándola y   comenzaba a seducirme.

—Lisa

—eh?— fingí desinterés.

—uhm... Me preguntaba si te gustaría salir conmigo

Los brazos se me cayeron del cuerpo. Que...? Como..? Donde...? Cuando...?

— no, no. No es nada de lo que estás pensando. Quería ir al centro comercial a comprar algo de ropa o... No sé, ir por un frappé. Me sabe mal ir sola.

—cuando?

—hoy. Cuando terminemos de desayunar, tu padre puede acercarnos— Jen esbozó una sonrisa entusiasta— quiero que conozcas unos cuantos lugares. Y además, hoy se llevan a Ella y podemos estar solas. Que dices?

— que si.

Contesté sin pensarlo. Fue una respuesta automática. Significatia algo especial?

 Significatia algo especial?

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Lisa puerk :v

Voten mis hermosas kks ✨

•°𝑻𝒂𝒏𝒈𝒍𝒆𝒅°•  JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora