•°𝑻𝒂𝒏𝒈𝒍𝒆𝒅°• Jenlisa

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-Lisa-

A pesar de que había borrado a Jennie de mi Facebook, lo cierto es que continuaba visitando su perfil varias veces al dia. Me sentía desleal y avergonzada, pues queria volver agregarla y tener con ella esas tontas discusiones por chat; mandarnos íconos y compartir música por las noches.

Respiré despacio para serenarme y percibí un escozor en los ojos cuando vi que Jisoo le había publicado a Jen una canción de amor, con todo y letra incluida. Pensé, entonces, que ellas ya comenzaban a olvidarme y por una parte me sentí aliviada, pero si he de serte sincera, me dolía verme apartada de la vida de ellas.

Aun sintiéndome mal, seguí husmeando por el perfil de ambas y me encontré con algunas cosas que no desearía haber visto: Jisoo habia subido un álbum de fotos de cuando ella y Jen aún eran pareja. Bien, aceptaré que se veían genial juntas, se apoyaban y se conocían mucho mejor de lo que yo podría conocerlas a las dos. Si se complementaban tan bien por qué se habian separado tan abruptamente? Es cierto que fue culpa de ambas por no ser sinceras a sus sentimientos... podría volver a resurgir el amor entre ambas, ahora que las dos estaban solas? Sonreí a esa idea, pero con un piquete de dolor en mi pecho.

Había otra foto que me llamó la atención y era de Jennie cenando con Monse. Y yo aquí, en un mediocre departamento con dos chicas que no conocía de nada y con las que no congeniaba del todo bien: Hyuna, quien se la pasaba lanzándome miradas lascivas y coqueteándome sólo por diversión; y Billie, quien siempre estaba afuera trabajando y casi nunca hablábamos salvo cuando coincidíamos en la mesa para comer.

Dios... por qué rayos me fui de la casa de Monse?

Cerré la tapa de mi ordenador portátil y consulté la hora en mi reloj de pulsera. Pasaba de la media noche y me habia tomado más de dos horas en la computadora acosando a mis contactos y espiando perfiles ajenos.

Si, soy una chismosa. Que me cuelguen.

Después de darme una ducha tibia me meti a la cama. En la litera de arriba, Hyuna permanecía quieta y con la luz de su móvil apuntándole a la cara. No se despegaba del maldito aparato ni siquiera la hora de comer y honestamente comenzaba a molestarme tanta "celulitis"

—Apaga esa cosa—le dije.

—Sube y sométeme —me soltó con una voz cargada de sensualidad. Si subiera, más que someterla, le daría de golpes en la cara. A veces me sacaba de mis casillas, pues Hyuna era casi lo opuesto a mí.

Ella no era muy devota de los estudios y siempre que yo estaba metida en las tareas, ella se la pasaba tocando su guitarra y me interrumpía sólo para verla deslizar sus dedos sobre las cuerdas. También era de esas personas que tomaban cualquier frase en doble sentido y no podías hablar seriamente con ella sin tener ganas de soltarle un golpe en la nariz. Se la pasaba criticando mi dieta, diciendo que si bajaba más de peso iba a queda totalmente plana. Además, me molestaba que fumase, aunque en los últimos días yo había contribuido para comprar cigarillos para ambas.

Y es que el estrés de la escuela estaba matándome... y tampoco ayudaba el hecho de estar en el mismo salón que Jen y no hablarnos. La tensión entre las dos era muy palpable y algunas de mis compañeras ya me comenzaban a interrogar si las cosas con ella iban bien.

Algunas ya sugerían que ella y yo nos gustábamos mutuamente y Jen se ruborizaba cuando oía esa clase de rumores. Yo sólo los ignoraba y miraba con cara de pocos amigos a cualquiera que viniera en plan de broma sobre ese tema. Y esa misma actitud me estaba llevando en picada, pues si ya de por sí no era la más popular en el salón, con ese malhumor espantaba a todos los demás. No tenía que ser un genio para darme cuenta de eso y admitirlo le había costado su merecido golpe a mi orgullo.