Nos quedamos estáticas y en silencio. La sangre martillaba en mis oídos como un zumbido doloroso. Tenía a Jisoo encima de mi, mirándome con algo más que un brillo de deseo. En sus ojos, donde rielaban las llamas de la chimenea, había una interrogante, una pauta que me daba la posiblidad de detenerla a ella. Y podría hacerlo pero entonces. Cómo me detendría a mi misma? Mis manos estaban sobre sus brazos. Sentía la piel fría y tersa en contacto con la mía. Su respiración estaba algo más agitada, pero se veía preciosa... Como una especie de musa lista para llevarme a un mundo nuevo e inexplorado.
Todo me pareció tan irreal, confuso y gracioso que en medio de ese tensó silencio me atreví a sonreír. Dios. Estaba en líos muy grandes
Sin embrago, algo sucedió con esa sonrisa que mostré. Jisoo la tomó de otro modo y entonces se abalanzó sobre mi. No pude hacer mucho para detenerla salvo poner los brazos en cruz para proteger mi pecho. Sus labios cubrieron mi boca en un ardiente beso que hizo correr una descarga de adrenalina por mis venas.
Me sentí peor porque me estaba gustando ese calor naciendo desde mi estómago y desplazándose hasta mi vientre. Noté las manos de Jisoo tomar mis mejillas. Cerré los ojos y de alguna manera su beso me engatusó tanto que ya no resistí y separé mis labios. Su lengua entró en mi boca y yo trate de alejarla empujándola con la mía. Dios.... No debí hacerlo. Al sentir que tocaba la suya con la mía me vi presa de la excitación del momento. Acaso debería....? Y entonces mis manos dejaron de proteger mi pecho y con ellas tome los senos de Jisoo. Los sentí duros y a la vez firmes, como dos melones, por más tonta que suene esa comparación.
Eso la volvió loca y sentí que luchaba con mis piernas para hacerce un lugar entre ellas. Y yo se lo di. Separé las piernas y dejé que ella se acomodara a su gusto. Sus dedos dejaron mis mejillas y bajaron por mi cuello. Tocaron mis pechos por debajo de la ropa. Una caricia firme y segura de si misma. Jisoo sabía lo que quería de mi.
Se separó de mis labios mientras se ponía a horcajadas sobre mi. Cuando la tuve encima, se llevó las manos a la blusa y se la quitó de un seductor movimiento. Dios... No podía dejar de mirar sus pechos. Ella notó mi mirada ansiosa y sonrió de la manera más sensual que había visto en una mujer.
—tocalos si quieres.
No me lo dijo dos veces. Un morbo se apoderó de mí y me aventuré a poner las manos sobre sus senos. La piel que los envolvía era suave en exceso. Como si sólo con mis uñas pudiese rasgarla. Los palpé y sentí su peso sobre mis palabras. Jugué con ellos durante unos segundos hasta que Jisoo puso sus manos sobre las mías y me guío para que las frotara a su gusto. Mi respiración estaba entrecortada. Sentía cosquillas en el estómago y escalofríos en todo el cuerpo.
De pronto tuve una sensación deliciosa entre mis piernas cuando su rodilla comenzó a frotarse contra mi. Sus manos se hundieron en mi cuero cabelludo y tiró de mis mechones. Lancé un pequeño grito en dolor qué ella cayó con un beso ardiente. Me gustó cuando metió su lengua y yo la acaricié con la mía.
Sus manos se movieron hábiles y las metió dentro de los pantalones del pijama. Cuando sus dedos acariciaron la entrada de mi amiga me dio una oleada de placer. Ya no quería que parara. Gemí y clave mis dedos en su cintura. Ella rió y noté sus dedos calientes tanteando alrededor de mis muslos. Estaba a su merced.
— no quieres que me detenga, verdad?
—no. No— dije con los ojos cerrados.
— que ardiente me salieste, Lisa.
— no te detengas— le pedí. Y entonces todo dentro de mi se volvió cálido. La imagen de una hermosa mujer de ojos gatunos llegó hasta mi. Una sonrisa tierna. Un hermoso lunar en su párpado. Y todas esas imágenes se consagraron en un nombre que pronuncié mientras en mi mente eran los dedos de esta chica los que me tocaban. Dije su nombre sin dudarlo.
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•°𝑻𝒂𝒏𝒈𝒍𝒆𝒅°• Jenlisa
FanficJennie está en una relación con una mujer que la maltrata y, aunque quiere escapar, su gran corazón no se lo permite. Cuando Lalisa aparece, su vida comienza a cambiar poco a poco. Desde picantes momentos en la ducha, hasta secretos contados en la c...