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Respiré despacio para tranquilizarme. Tal vez no era la mejor habitación del mundo, pero al menos bastaría para, eh, ustedes saben. Las paredes del cuarto estaban pintadas de rosa salmón y la cama lucía lo bastante grande como para hacer todas las cosas que mi cabeza estaba imaginándose. Había un librero en un rincón y una computadora ocupaba el escritorio.

Sobre el colchón había un rebujo de ropa sucia. Genial, me iban a salir hongos en las nalgas como no vaya limpiando un poco.

Con las cejas fruncidas quité las sábanas y envolví toda la ropa sucia. Mientras Jennie se metía al baño para darse una ducha, yo encontré una escoba y barrí un poco el polvo y las colillas de cigarro regadas en el piso. Había un plumero y aunque no me correspondia, sacudí el polvo de los muebles y hasta terminé por ordenar los zapatos en el armario. Sí, llámame una adicta a la limpieza, pero no quería que mi primera relación lésbica con una chica súper guapísima como Jennie fuera en un sitio lleno de mugre.

Jen salió del baño vistiendo una camisa de vestir abotonada. Se había quitado los pantalones, así que la ropa sólo le llegaba hasta la mitad de los muslos. Los mechones húmedos de cabello se le pegaban a las mejillas sonrosadas. Se acercó a mí con una sonrisita coqueta y yo le puse las manos en las caderas.

—Lista?

—Ehm, también quiero darme una ducha.

—Por qué no me lo dijiste? Nos hubiéramos bañado
juntas.

Maldita sea.

—Bueno, espérame si?

—De acuerdo —dijo y empezó a desabotonarse la camisa. Rápidamente tomé sus muñecas y Jen arqueóó una ceja —Qué pasa?

—Quiero desnudarte —dije en tropel. Jennie rió y yo me sonrojé—es decir...

—Cómo tú quieras.

Es gracioso las cosas que piensas cuando estás a sólo unos minutos de tener tu primera vez. Cuando perdí la virginidad, unos quince minutos antes de montarme sobre el chico, me puse a llorar en el baño. Si, sé que es patético, pero tenía quince años y en ese momento pensaba "oh, dios. Me voy a convertir en mujer y vino a mi mente la jodida canción de: ahora despierta la mujer que en mi dormía y poco a poco se muere la niña empieza la aventura de la vida" y después de todo el acto, volví a llorar. Mi novio de ese entonces se alarmó y me rogó que yo no le acusara de violación.

Jodidos traumas.

El agua de la ducha estaba fresca, pero dentro de mí todo hervia. Me enjaboné para remover el sudor y mi mano accidentalmente tocó la parte baja de mi vientre. Me dieron escalofrios y solté una risita nerviosa.

Después de la ducha me envolví con una toalla. Dejé que el cabello húmedo me callera libremente. Deseé haber traído mi bolso y mi labial, pero al menos tenía un mejor aspecto en comparación al de hace unos minutos. Respiré lentamente, pero mi corazón latía como si estuviera a punto de saltar de un barranco. Ya no había marcha atrás. Nada podría salir mal. Puse la mano en el pomo de la puerta y salí a la habitación.

Jennie estaba sobre la cama leyendo una revista de deportes. Yo me quedé acostada en el marco de la puerta, esperando a que ella se diera cuenta de que estaba alli. Cuando lo hizo, sus labios enseguida esbozaron una sonrisa y lanzó la revista lejos de ella.

—Qué sexy.

—Gracias —solté y comencé a caminar hacia ella, mostrándole la mejor de mis sonrisas coquetas. Jen se pasó el cabello detrás de los hombros y se relamió los labios. Ella estaba tan nerviosa que si no la conociera podría decir que también era su primera vez. Apoyé una rodilla sobre la cama y gateé hasta cubrirla con mi cuerpo. Los ojos de Jen brillaban por la luz y sus labios dibujaban una sonrisa divertida—Te gusta lo que ves?—le pregunté.

•°𝑻𝒂𝒏𝒈𝒍𝒆𝒅°•  JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora