•°𝑻𝒂𝒏𝒈𝒍𝒆𝒅°• Jenlisa

19

Ahora entendía perfectamente cuando Jackson se quejaba de que nosotras éramos bipolares y que nadie nos comprendía. Jennie se había pasado de la raya y yo no iba a permitir que se metiera entre mi círculo de amigos. Me daba igual que su relación con Jisoo hubiera sido un fiasco. ¡Ese no era problema mío!

Permanecí en mi habitación, con la vista clavada en el techo y pensando en todo lo que había dicho. Maldición, acaso me propase al hablarle de ese modo? En donde quedó la Lisa y que todos los días se prometía ayudar a Jennie y apoyarle cuando más lo necesitará? Vale, tal vez si había cometido uno o dos errorcitos la noche anterior... Pero, cómo ibas resistirme a Jisoo? Lo sé, sueno como una zorra. Demandame.

La puerta de mi habitación sonó. Si era Jennie iba a arrojarla por la ventana.

—¡Vete, Jen!

—soy yo, Jackson.

—ah... ¡Vete, Jackson!— también a él lo arrojaría por la ventana.

El castaño abrió la puerta y se quedó debajo del umbral. Traía el cabello desalineado, con sus mechones callendole sobre la cara y dándole un aspecto sombrío. Genial, esto era lo que me faltaba: que el galán de la casa viniera aqui a darme otro de sus sermones sobre el amor y esa clase de tonterías. Giré sobre la cama y le di la espalda. Creo que ya era tarde para fingir estar dormida.

— Jennie salió— dijo.

— y? Ya es mayorcita y puede irse donde quiera.

— mmm... Sólo me pareció que estaba muy...

— enojada? Pff, Jennie se enoja por todo...

— triste.

— ª...— me quedé callada. Maldición, por qué se había puesto triste? Jennie es la clase de persona que se pone furiosa cuando le gritas o no sigues sus órdenes. Confiaba en que se tomaría todo esto con ironía. Me senté en la orilla de la cama y encare a Jackson— y eso es lo que viniste a decirme?

—escuche su pequeña riña— dijo y se sentó en mi silla giratoria— dime, de verdad te acostaste con Jisoo?

—que? No!— gruñi y sentí que las orejas se me calentaban— no hice nada serio con ella. Todo está en la cabeza de Jennie. Tu la conoces. Se enoja por todo.

— no por todo, diría yo— guardo silencio unos momentos. Yo aparte la mirada y la puse sobre la muñeca que Jen me había regalado. Tal vez debería devolvérsela, no cómo muestra de enfado, sino como... No lo sé. Para mostrarle que no era tan buena persona como ella creía? Mi cabeza estaba hecha un lío, pero supongo que ya lo notaste— que les pasó? Se llevaban bien hasta hace poco. Incluso yo pensaba que podría haber algo entre ustedes.

—no hay absolutamente nada entre nosotras— le solté y me acosté llena de mal humor— y aunque lo hubiese, Jennie y yo no durariamos ni una semana. Es tan bipolar...

—tu también lo eres.

—callate

—bueno, hay dos cosas que quería decirte: la primera es que no juegues con los sentimientos de los demás...

—eso es taaan original.

— la segunda es que tú papá va a llevarnos a cenar, así que más les vale arreglar su mal humor o arruinada toda la cena. Monse está feliz esta noche.

— aja, entendido, señor.

Él se marchó y apenas cerró la puerta, el jodido remordimiento volvió a atacarme. Maldita sea. Seguía diciendo cosas hirientes a personas que solo querían ayudarme. Vale, vale. Tal vez no fuera problema suyo, pero al meno era mejor que ser totalmente ignorada... Tal como mi madre hace.