El diario de Eva B

Capítulo 24

Narra Hugo

Salí de la habitación y me fui abajo con mi madre un poco afectado, Eva nunca me ha hablado así, jamás y me dolía que lo hiciera aunque de verdad entiendo que se ponga así. No sé que es estar en su lugar pero tampoco me apetece saberlo.

Ana: Lo he escuchado, ven.

Me acerqué a ella y me dio un abrazo.

Ana: Tienes que ser fuerte, necesita estar sola pero se pondrá bien.

Hugo: Y tú por qué sabes que se pondrá bien? Mamá yo necesito tenerla a mi lado a mi también me duele era mi hijo.

No pude más y me eché a llorar, me estaba volviendo un blando y eso no me gusta.

Ana: Hijo, tranquilo.

Me quedé abrazada a ella el resto de la tarde, cuando anocheció salí a dar una vuelta, necesitaba despejarme pensar en cómo haría que Eva estuviese bien.

Compré pizza que se que le encanta, chocolate y helado. Llegué a casa y me la encontré con mi madre dormida mientras ella le acariciaba el pelo.

Hugo: Como está?

Ana: Mejor cariño, me ha preguntado por ti.

Hugo: Si...?

Se me iluminó la cara al saberlo, al saber que por lo menos ella también me había echado de menos. Dejé las cosas que compré en la mesa y me acerqué al sillón, me agaché y le toqué la cara.

Ana: Me dijo que se sentía culpable, que no debería hablarte así.

Le di un beso en la frente a Eva y otro a mi madre.

Hugo: Quieres cenar?

Ana: Despiértala que no ha comido nada.

Hugo: Ay está niña...

Ana: No le riñas anda, voy a la cocina.

Hugo: Amor...

Le dije susurrando y acariciándole la cara.

Eva: Mmmmm

Despertó y sonrió, hacía tiempo que no lo hacía y me encantó que lo hiciera.

Eva: Hola, lo siento.

Hugo: No pasa nada, mira ven te he traído algo.

Eva: El qué?

Se levantó emocionada, le brillaban los ojos y estaba feliz.

Hugo: Tampoco te creas que es gran cosa, solo he pasado por una pizzería y he comprado tu favorita.

Eva: Pizza! Gracias, gracias, gracias.

Hugo: Ay mi niña.

Me dio muchos besos en la cara y yo me quería morir de amor, poco a poco estaba volviendo a ser la Eva de antes y me hacía feliz.

Comió mucho y me alegré muchísimo porque después de todo el día sin comer, es que ya le valía, me pone muy nervioso que las personas dejen de comer porque yo de pequeño tuve problemas con la comida y no quiero que la gente sufra lo que yo sufrí.

Terminamos de comer y subimos a la habitación.

Hugo: Evi, quieres que duerma contigo?

Eva: Sí, quiero abrazarte.

Nos pusimos el pijama y entramos en la cama.

Eva: Hugo.... Quería hablar contigo.

Hugo: Cuéntame.

Eva: Lo primero gracias, gracias por estar aquí porque me has demostrado que me quieres por encima de todo, gracias por aguantarme, y por no rendirte.

Hugo: No me tienes que dar las gracias por eso, no lo hago por obligación, me sale solo y creo que es muy bonito que me salga solo porque estoy seguro que eres la mujer de mi vida y que quiero estar contigo el resto de mi vida. Yo también quería decirte algo y es que no te vayas de mi lado, que cuando te pase algo me lo cuentes y sepas que no te voy a juzgar, que te amo que no se te olvide y que lo que nos pase lo afrontaremos juntos, porque juntos somos más fuertes.

Eva: Hugo me vas a hacer llorar idiota....

Hugo: Ya echaba de menos ese idiota diario.

Eva: Te quiero y te quería pedir una cosa más. Quiero que tengamos un hijo, que lo intentemos otra vez, si no ha funcionado ahora por algo será, que me da pena muchísima, me duele el corazón todavía pero no podemos seguir así.

Hugo: Me alegra tanto que me digas eso... Te amo, claro que quiero tener otro hijo contigo, al menos intentarlo a ver qué pasa, pero ahora juntos de la mano para siempre.

Eva: Para siempre.

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