El diario de Eva B

Capítulo 25

Narra Eva

Nuevo día comienza, la verdad es que me siento muchísimo mejor después de hablar con Hugo y Ana, me siento más calmada y menos culpable.

Hugo: Buenos días amor.

Eva: Buenos días guapo.

Hugo: Tengo una sorpresa para ti, pero tenemos que irnos ahora.

Eva: A dónde?

Hugo: No te lo voy a decir, vístete que te voy a poner un antifaz.

Eva: Miedo me das tú.

Me vestí super simple con lo primero que pillé, porque Hugo no paraba de meterme prisas todo el rato.

Hugo: Has terminado ya Eva? Que llegamos tarde.

Eva: Pero Hugo se puede saber a dónde llegamos tarde?

Hugo: Te he dicho que es sorpresa a si que no me tires de la lengua.

Nos despedimos de Ana, a si sin desayunar ni nada nos montamos en el coche y nos fuimos, no se que tenía pensado hacerme pero me encantaba que tuviera estos detalles conmigo aunque luego no fuera una sorpresa del otro mundo.

Hugo: Ponte esto que estamos llegando y no quiero que veas nada.

Eva: Me voy a marear.

Hugo: Que no, que no queda nada lo tengo todo planeado tranquila.

Me puse el antifaz y en menos de diez minutos el coche paró por lo que intuí que habíamos llegado.

Eva: Hemos llegado?

Hugo: Sí, pero ahora tienes que esperar aquí y tienes que seguir con eso puesto no lo levantes, confío en tí.

Eva: Vale pero no tardes.

Hugo: No, voy aquí enfrente.

Eva: Vale.

Me dio un beso y se bajó, tuve la tentación de subirme el antifaz pero no lo hice, no se qué será la sorpresa pero no sé la voy a estropear.

Hugo: Ya estoy aquí. Ven.

Abrio la puerta del coche y me sujetó de las manos para guiarme, me levantó y me quedé enfrente de la puerta del coche, escuché una risita y automáticamente supe que era Sam.

Eva: Sam?!

Hugo: Siempre estropeandolo todo Samantha. Jajajaja, jolín.

Sam: Sorry.

Me quité el antifaz y fui corriendo a abrazarla y a llorar en su hombro.

Sam: Evi, te he echado de menos.

Eva: Y yo...

No podía parar de llorar, no sabía por qué, aún tenía las hormonas disparatadas y se me notaba.

Hugo: Ay mi niña... Te ha gustado?

Eva: Por qué eres tan bueno? Es que no lo entiendo. Me he portado fatal contigo y me haces esto. Es que no te merezco.

Hugo: Mi niña no digas esto y espérate que aún hay más.

Detrás de un árbol salieron mi madre y mi padre, llorando los dos.

Eva: Pero esto no puede ser!?

Corrí a abrazarlos como nunca había echo. Necesitaba verlos y el lo sabía perfectamente. Le quería tanto...

Nos montamos en el coche después del encuentro y nos dirigimos a casa de Hugo donde Ana nos recibió con una sonrisa cómplice.

Eva: Tu lo sabías eh?

Ana: Pues... Sí jajaja.

Eva: Anda que ya te vale.

Ana: Me dirás qué no te ha gustado.

Eva: Me ha encantado, estoy tan feliz.

Todos se rieron y entramos a la casa, hicimos la comida juntos y comimos como una familia, ahora sí al completo.

Estaba tan contenta.... Que no puedo expresarlo con palabras y todo gracias a un cierto rubio de ojos verdes al que le suelen llamar Hugo.

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