Año 2401, Enero.
Siglo XXV
100 años después de la guerra.
Lo que alguna vez fue Estados Unidos.
QueensMe voy prácticamente corriendo de mi habitación, persiguiendo a Ferran. ¿Por qué se pone así? Es demasiado amargado.
Entra al elevador y por poco, yo no entro pero consigo hacerlo y pone sus ojos en blanco cuando me ve entrar.
— Deja de perseguirme. — Me suelta, una mujer ya mayor nos queda viendo extrañada.
— Tenemos que hablar. — Susurro, no quiero que se riegue un rumor para nada cierto que Ferran y yo tenemos algo.
Por la cara de la mujer, se ve que no escuchó nada, perfecto.
— ¿A dónde vamos? — Pregunto, al ver que el elevador sube.
— A mi habitación. — Suelta y la mujer casi se desmaya. Dios, los chismes.
El elevador se abre y yo salgo rápido, antes que Ferran. No sé a dónde voy, sólo qu necesito caminar.
Escucho sus pasos seguirme hasta el final del pasillo.
Él abre una puerta de dos que hay en ese pasillo y me hace una seña para que entre, extrañamente lo hago.
— Dime. — Dice él, cruzándose de brazos.
— ¿Qué?
— Me dijiste que tenemos que hablar. Dime. — Hace un gesto para que hable.
Frunzo el ceño. Es demasiado engreído.
— Pensándolo bien, no hablemos, nos vamos a perder el desayuno y tengo que ducharme. — Muevo mis brazos y camino hacia la puerta, la abro y salgo, con Ferran pisándome los talones.
En el elevador marco el piso cuatro, donde está mi habitación. La habitación de Ferran está en el piso seis. A l salir del elevador y llegar a mi habitación, me doy cuenta de que Ferran sigue persiguiéndome.
— ¿Vas a ducharte conmigo? — Le pregunto, y sé que ha sido una mala pregunta cuando me volteo y veo que sus ojos brillan.
Está cruzado de brazos, apoyado en el marco de la puerta, viéndome.
— Si me lo pides así... — Él se queda ahí y yo lo asesino con la mirada.
— Sal de aquí, idiota. — Le digo, lanzándole el papel de baño en la cara.
Él sale, con una sonrisa y yo más atrás cierro la puerta.
Luego de ducharme me visto dentro del baño, sé que Ferran está en mi habitación, no le daré el gusto de verme en toalla.
Estoy a nada de abrir la puerta cuando escucho golpes en ella, al otro lado de la puerta.
— ¿Te ahogaste en la ducha? — Pregunta él.
— Ya quisieras. — Le respondo, abriendo la puerta.
— Te queda muy bien el color negro. — Dice, inspeccionándome.
— Y a ti te quedará bien mi puño en tu cara. — Le digo, alzando mi puño y él ríe sonoramente.
Él se queda un rato mirándome, hasta que se da cuenta de lo mucho que lo hizo.
— ¿Por qué me persigues? — Digo, buscando un cepillo para peinarme.
— ¿Yo? — Se señala él mismo.
Ahora se quiere hacer el loco.
— Sí, Ferran, me estás persiguiendo. — Asiento.
— Yo... Eh, debo irme. — Él señala la puerta detrás de él.
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Las Tres Naciones ✓
Science FictionLuego de una guerra ocasionada por disputas gubernamentales, el mundo fue destruído, dejando vivas a tan sólo a miles de personas. Estas Miles de personas se dividieron en tres naciones para así estar en paz entre ellos: La nación Azul, viven en la...