12. "Una boda"

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Año 2401, Febrero
Siglo XXV
100 años después de la guerra.
Lo que alguna vez fue Estados Unidos.
Queens.

Seth y yo nos estábamos muriendo de hambre, tanto que tuvimos que ir a un restaurante cerca de la residencia y aquí estamos, esperando la orden.

— Entonces no sabemos cocinar... — Susurra Seth.

— Sólo sé preparar cereal, que vergüenza. — Me reclamo y Seth ríe.

Dejo de lado el tema y me enfoco en el televisor que está a unos cuantos metros de mi. Lo comprendo, estrategia del restaurante, mientras las personas esperan, se distraen con el televisor.

— La guerra entre Japón y Estados Unidos está llegando muy lejos, si siguen así, podrían destruir el mundo... — Veo la fecha de la noticia. Noticias de abril del año 2300. Le presto más atención. — En los países vecinos a los que están en guerra quedan pocos habitantes.

»En Canadá se ha registrado que no queda nadie vivo, así como en Tailandia y otros países de Asia.

Que locura.

— La guerra fue horrible, mi abuelo estuvo en ella, llegó a casa sin las dos piernas y con traumas realmente terribles. — Seth dice, viendo el televisor conmigo.

— ¿Cómo está? — Pregunto, sin dejar de ver las imágenes.

Gente corriendo por las calles, el cielo lleno humo y cenizas, parece realmente el fin del mundo.

— Murió... De hecho, se suicidó. — Suspira Seth.

Volteo a verlo, completamente perpleja.

— Era sonámbulo. Un día soñó que aún estaba en la guerra, o al menos es lo que pensamos, ya que siempre soñaba lo mismo, y... se suicidó. — Cuenta.

Dios, que terrible.

— Lo siento tanto. — Susurro.

— Descuida, de todas maneras, sabíamos que no podía vivir con ese trauma, era realmente terrible verlo, imagínate vivirlo.

Asiento. Tiene razón.

La comida llega y siento que la vida vuelve a mí.

Almuerzo pasticho, una comida que, por más que sea de hace siglos, sigue siendo sabrosa.

Seth come pollo con no sé qué, lo divertido es que no es pollo de verdad, de hecho, no hay animales en Nueva York, quedaron todos extintos, la comida como la carne, el pollo o el pescado, son sólo hechas artificialmente, les inducen las proteínas que proveen y las que necesita el ser humano.

La verdad que me gusta eso, no soportaría vivir en la época en la que mataban a los animales para comérselos, no podría comerme algo sabiendo que antes eso estaba vivo, pero como siempre he dicho: esa opinión siempre es personal.

Mis abuelos llegaron a conocer los pollos, carnes y pescados de verdad, los animales y siempre se quejaban de que no existieran luego de la guerra. Les encantaba comerlos.

Termino de comer y Seth también.

— Hoy Greg se muda con nosotros, si no sabe cocinar, deberíamos buscar alguien que si lo haga. — Sugiero.

Seth asiente.

— Vamos a buscarlo, debe estar esperándonos. — Seth dice, levantándose de su lugar.

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