18. "Recuerdos... Al fin"

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Año 2401, Abril.
Siglo XXV.
100 años después de la guerra.
Lo que alguna vez fue Estados Unidos.
Queens.

Escucho varios golpes en la puerta a mitad de la noche, por lo que voy corriendo, asustada, a abrirla.

Es Greg, está sudado y viendo hacia todos lados.

— Toma. — Me muestra un envase con un líquido que debajo es negro, después de la mitad es azul. — Tus recuerdos. — Trata de regular su respiración.

— ¿Qué...? Vi cómo Darek las rompía. — Le digo, tomando el envase en mis manos temblorosas.

— Ferran sabía que no eran tus recuerdos, sabía de qué color eran. — Greg explica, pasando lentamente, cojeando.

— ¿Qué te sucedió en la pierna? — Lo señalo, cierro la puerta y lo ayudo a sentarse en el sofá.

— Una de las trampas de Darek. — Greg niega y me ve. — Tienes que tomarte los recuerdos. Así recordarás todo.

Greg fue a buscar mis recuerdos.

Fue a buscarlos por mí.

— Y tengo que ver cómo ayudo a Ferran, quedó encerrado dónde Darek tenía los recuerdos. — Sigue hablando.

— ¿Ferran?

— Lea, debes hablar con él, decirle lo que sientes, se muere de ganas por estar contigo y tú sólo lo niegas... Acéptalo y díselo, estoy seguro que serán felices. — Me asiente con un gesto nostálgico.

— Primero debo recordar todo, Greg. No puedo estar con él sin saber lo que él sabe sobre nosotros. — Niego. — Ya lo acepté, acepté que me gusta, pero no puedo decirle sin asegurarme de que todo lo que me ha dicho de nosotros es cierto.

— Es un buen punto. — Asiente Greg. — ¿Te importa si duermo hoy en tu sofá?

— Claro que no, buenas noches. — Le Sonrío y ayudo a cubrirse con una manta.

Voy hacia mi cama y veo el envase con el líquido. Suspiro y lo abro. Lo haré, tengo que hacerlo.

Me llevo el envase a los labios y me lo tomo, es entre salado y dulce... Cómo si fuese una mezcla entre lo triste y lo feliz.

No sucede nada excepcional, así que me acuesto a dormir.

Antes de caer en un sueño profundo una visión pasa por mi mente, tan real que me deja paralizada.

Veo pequeños momentos entre Ferran y yo, un Ferran y una Lea de hace cinco años.

Un momento en el que él me seca las lágrimas que cae de mis mejillas, otro de un abrazo tan cálido que siento su calor. Risas y paseos entre nosotros.

Y el que más me gusta: Ferran tratando de enseñarme Español.

Sonrío cuando los recuerdos desaparecen.

Estoy segura que faltan más, pero la sensación de tranquilidad que siento al recordar a Ferran me hace sonreír.

Lo recuerdo casi todo, lo que más me duele es la cara de Ferran al yo decirle que no sabía quién era después de que Darek borrara mi memoria.

Sin embargo, trato de centrarme en lo bueno. Cierro los ojos y me acurruco, un último recuerdo llega a mí.

Ferran haciendo paella mientras me suelta un chiste en español. “Y pa él también”

Sabiendo lo que ahora sé, me río, que triste que no lo sabía el día que preparó paella, hace unas semanas. Creo que hace un mes ya.

Luego de darle tantas vueltas al tema, consigo dormirme, pero sueño con recuerdos. Esta vez malos, recuerdo cómo conocí a Ferran.

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