11. "Una Nueva Vida"

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Año 2401, Enero.
Siglo XXV
100 años después de la guerra.
Lo que alguna vez fue Estados Unidos.
Queens.

Al llegar de nuevo al Skyline, voy directo a administración, que está justo a un lado de la entrada, mientras Seth y Greg se despiden y se van cada quien por su lugar dentro del edificio.

— Buenos días, Lea. — Sonríe Livie. No sabía que estaría aquí.

— Buenos días, Livie. Vengo porque quiero que me den devuelta mi habitación antigua, la del cuarto piso. — Le doy una sonrisa con los labios fruncidos.

Livie asiente y teclea algo en la computadora frente a ella.

— Eh... — Dice, negando. — No puedo devolverte la habitación. — ¿Qué?

— ¿Por qué? — Me acerco más a ella.

— Ya está tomada por otra persona, normalmente se las asignamos a los que tengan las peores habitaciones, a una chica...

— No me importa... ¿Hay otra habitación? — Le interrumpo, no me interesa saber cómo se llama la chica o el porqué está en mi antigua habitación.

— Déjame ver... — Susurra, paseando sus ojos por la computadora.

Asiente y me siento aliviada.

— En el piso dos hay una habitación... Alguien se acaba de mudar, puedo dártela. — Sonríe.

— Sí... Igual no es por mucho tiempo, en dos semanas ya no viviré aquí. — Le digo. Ella asiente y busca un papel.

En él anota el número de la habitación y me lo entrega.

— Hasta pronto, ojalá que te guste mucho vivir en un lugar nuevo. — Se despide, al igual que yo y voy directo al piso dos.

Leo el papel, su caligrafía es muy bonita, inclinada a un lado con una legibilidad increíble.

Segunda habitación a la derecha desde el elevador hacia las escaleras.

Bien... Está cerca del elevador.

Subo al elevador y marco el piso dos, le doy los buenos días a algunas personas que están en el elevador y cuando marca el piso, salgo.

Cuento las puertas a mi derecha. Una... Dos. La pantalla en la que se colocan los nombres dice "Vacía" toco un botón y la puerta se abre, entro en ella y algo increíble sucede.

Encima de mí, del marco de la puerta sale una luz blanca, escaneándome.

— Bienvenida, Lea. Tu mudanza está completa. — Dice una voz robótica.

Amo esta tecnología.

Me regreso a ver la puerta y en ella dice mi nombre, no me hizo falta cambiarlo manualmente, es maravilloso.

Toco el mismo botón con la que la abrí y la puerta se cierra.

Me devuelvo al elevador para ir al piso seis, debo buscar mis cosas -que no son tantas- en mi otra habitación.

Al llegar al piso seis, busco mis cosas, una toalla, el cepillo de dientes y la ropa. Más nada.

Con todo en los brazos, presiono el botón para llamar al elevador, el cuál me indica que va por el piso veinte y sigue subiendo.

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