Abrí los ojos. Me sorprendió no estar en mi cama, ni siquiera en mi casa. Palpé el suelo con las manos, y sentí algo húmedo e irregular. Miré hacia esto. Era hierba. Hierba verde con ciertos puntos más claros, donde estaba seca. Divisé a mi alrededor. El cielo estaba gris, muy gris, como si fuera a empezar a llover. Una suave brisa rozaba mi piel, haciendo que ésta se me pusiera de gallina. ¿Dónde demonios estaba?
Algo me sacó de mis casillas. Más que algo, alguien, a unos metros de mí. Podía ver su ancha espalda, sus largas piernas, su pelo alborotado, más de lo que lo solía llevar por culpa del viento. Y el grito se repitió. Esto lo había visto antes. Lo había oído antes. Ese grito de rabia, impotencia, ira, furia. Ese grito que dejó el alma de Harry más libre de lo que nunca había visto. O sí.
-¿Harry?- dije mientras me levantaba del suelo.
Él, se dio la vuelta y me miró sin mostrar ninguna expresión.
-No, no...- dijo. ¿Qué quería decir?
-¿No qué?- pregunté mientras empezaba a caminar hacia él.
-¡No!- repitió, esta vez, gritando.
Mis piernas, inconsciente, empezaron a correr hacia Harry. Hasta el filo del acantilado. Con mucha velocidad. Sentía como los músculos de éstas se tensaban. Y justo cuando iba a llegar hacia él, desapareció. Más bien, se cayó para atrás. Se cayó de la cima del acantilado.
-¡Harry!- grité.
Me agaché y asomé la cabeza hacia abajo, agarrándome al suelo como podía. Con lágrimas en los ojos que me impedían ver bien, busqué a Harry con la mirada. Pero no estaba.
Y esta vez, fui yo la que grité. Grité igual que Harry. Rabia, impotencia, ira, furia y miedo. Sobre todo miedo. Un miedo real. El miedo de perder a Harry. Y ahora, lo había perdido.
-¡Hailey, despierta!- dijo una voz de repente.
Miré a mí alrededor. Pero ya no estaba en el acantilado. Estaba en mi habitación, con mi madre mirándome algo asustada.
-¿Qué pasa?- dije mientras me incorporaban y me frotaba los ojos.
-Estabas hablando en sueños. Levántate ya que vas a llegar tarde- dijo y salió de mi habitación.
¿Así que todo había sido un sueño? Oh Dios mío, menos mal. Pero, ¿por qué soñaba con Harry? ¿Y por qué eso? La verdad es que aquel momento que tuvimos el día anterior me marcó mucho.
En shock, por todo lo que acababa de ocurrir, salí de la cama y abrí el armario, para decidir qué me iba a poner hoy. Me decanté por unos jeans negros con las rodillas rotas y un jersey color mostaza. En los pies, me puse unas Converse blancas. Fui al baño para peinarme y echarme algo de máscara de pestañas y bajé a la cocina para desayunar. Me sorprendió que estuviera Ian, con mi hermano.
-Hola- dijo el primero.
-Eh, hola- dije extrañada. ¿Qué estaba haciendo aquí?
Intenté que no se me notara mucho la incomodidad que me producía la situación y desayuné en silencio, escuchando como conversaban Ian y Finn. Me parecía tan raro e imposible que pudieran ser amigos. Ian encabezaba la pandilla popular del instituto, si se le podía llamar así; y Finn, bueno, era Finn.
-Hailey- dijo Ian.
-Qué- contesté.
-¿Te acompaño al instituto?
-Es que quiero llegar a tiempo- dije refiriéndome a lo que hizo ayer.
-Tranquila- dijo riéndose- iremos directos.
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Remember «h.s»
FanfictionToda historia consta de una introducción, un nudo y un desenlace. Pero, ¿qué pasa si se caen las hojas del principio? ¿Cómo sigue adelante? ¿Cuál es el final? Mi nombre es Hailey y mi pasado, mi introducción, está destruido. Pero quizá alguien tenga...