Harry se agachó y se puso a mi altura. Se quedó mirándome unos segundos. Me sentía algo intimidada. Hasta que por fin habló.
-¿Me dejas ayudarte?- dijo mientras con su mano, agarraba la mía.
Me encogí de hombros, aceptando, aunque no muy convencida.
Me levanté con su ayuda y lo seguí. Íbamos por unas calles algo en ruinas. Estaban desiertas, el olor no era muy agradable y había varios muros derribados. No me daba buena espina.
-¿Dónde vamos?- pregunté con un hilo de voz.
-A que te desahogues.
Rodé los ojos. Ya no sabía si el misterio lo llevaba integrado en él mismo o lo hacía por molestar.
Continuábamos andando. No dijimos una palabra más en el trayecto. Tampoco vi necesario decir nada. Sobraban las palabras.
Finalmente, llegamos al misterioso dicho. Era un edificio aparentemente en ruinas por fuera. Estaba mal cuidado. Nosotros nos situamos delante de dos puertas metálicas y robustas. Harry sacó una llave y abrió.
-¿Dónde estamos?- pregunté.
-Ahora mismo lo vas a ver.
Cuando entramos, había un pasillo oscuro que sinceramente me daba algo de miedo. Más que nada de que se me apareciese una rata.
Continué siguiendo a Harry y entramos a una habitación. Una habitación enorme de paredes rojas y suelo oscuro, llena de sacos de boxeo y máquinas para hacer deporte. También había ring en todo el centro.
-¿Por qué me traes aquí?- dije confusa.
-Porque tenía que venir de todas formas, y para desahogarte puedes dar unos golpes.
¿Por qué lo decía tan tranquilo? Todo esto era muy raro. Harry me sacaba de quicio.
-Estás mal de la cabeza.
-¿Ves como mejor solución irte a un banco de un parque a veinte manzanas de tu casa a llorar?- dijo.
Harry entró en otra habitación dentro de la que estábamos. Yo lo seguí. Era un vestuario bastante bien cuidado.
-¿Y qué hago? ¿Me pongo a dar golpes y ya?- dije.
-¿Qué más quieres? ¿Hacer el pino primero? Puedes hacerlo eh, no te cortes- dijo Harry mientras se quitaba la camiseta. ¿No podía cortarse un poco?
-Estoy hasta las narices de tu ironía- dije.
-Vamos Hailey, te he traído aquí por ti. Deja de hablar porque tenemos poco tiempo. Ponte a correr en una cinta para calentar si quieres, o líate a puñetazos con el saco de una vez- dijo, esta vez, mientras se vendaba las manos y las muñecas.
Sí, a correr. Lo que más estaba acostumbrada a correr eran las cortinas.
-Ugh- me quejé.
-Ven- me dijo. Me acerqué a él.
Tomó mis manos y me las vendó también. El simple roce de su piel contra la mía me ponía los pelos de punta. Quién sabe si en el buen o en el mal sentido.
-¿Y esto para qué?
-Para proteger los músculos y tendones.
-Ah.
Finalmente opté por ir directamente a un saco de boxeo. Salí del vestuario y Harry lo hizo después.
Él, se fue a una máquina de pesas y empezó a levantarlas. Yo no sabía qué hacer, no me salía ponerme a pelearme con un trozo de cuero relleno de a saber qué. Por lo que me quedé quieta, mirando a Harry. Y él se dio cuenta.
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Remember «h.s»
FanfictionToda historia consta de una introducción, un nudo y un desenlace. Pero, ¿qué pasa si se caen las hojas del principio? ¿Cómo sigue adelante? ¿Cuál es el final? Mi nombre es Hailey y mi pasado, mi introducción, está destruido. Pero quizá alguien tenga...