Su mirada penetraba en mis ojos con frialdad. En aquel momento no escuchaba nada, no veía nada, no sentía nada que no fuese Harry. Todo a mi alrededor desapareció. Excepto Harry. Harry era lo único que existía. Harry, repetía una y otra vez mi cabeza.
Pero todo aquello paró. Volví al mundo real, por culpa del puñetazo que le acababa de dar el oponente de Harry a él en la cara. Me costaba concentrarme y volver en mí por culpa del barullo que formó la gente de la sala. Escuchaba todo mil veces más alto de lo normal. Creía que me iba a desmayar.
Observé al árbitro regañar al tío que casi le partió la cara a Harry, el cuál se levantó del suelo con el guante tocando la sangre que le caía de la mejilla. Deseé correr hacia él y sacarlo de ahí, pero a aparte de que me echarían de allí a patadas, estaba inmovilizada.
El árbitro, se colocó en medio de los dos oponentes para después quitarse. Y en ese momento, después de una mirada de Harry hacia mí con el ceño fruncido, los dos empezaron a pelear. Los golpes le caían a ambos por todas partes. Parecía que el demonio se hubiera personificado ahí mismo. La furia con la que luchaban era increíble. Pero no sé por qué, sentí que aquello no iba a acabar bien. Y en efecto, así fue. La fuerza de Harry iba disminuyendo. El máximo movimiento que hacían sus brazos era cubrirse la cara. Parecía inestable. Y después del otro golpe, el último golpe, Harry cayó al suelo. Y ahí reaccioné. Automáticamente, empecé a correr entre la multitud, apartando a la gente de en medio, avanzando con dificultad. Y cuando estaba llegando a él, alguien me cogió por la cintura, arrastrándome hacia atrás.
-¡No, Harry!- grité con todas mis fuerzas, intentando soltarme del agarre de quien me hubiese cogido.
Observé cómo apretaba el puño derecho. Su pecho subía y bajaba rápidamente. Quería estar con él. ¿Por qué? No lo sé. Pero quería estar con él.
-Tranquilízate nena- dijo una voz en mi oído cuando ya estábamos algo más alejados de la multitud.
Me giré para ver quién me había sacado de allí; quién me tenía rodeado entre sus brazos llenos de tatuajes. Era Louis, el cerdo de Louis.
-¿Qué haces? Déjame en paz- le dije intentando soltarme de su agarre.
-Hailey, tranquilízate.
-¿Cómo sabes mi nombre? ¡Suéltame!- le grité.
Me soltó y me dio la vuelta, dejándome cara a cara con él.
-Escúchame, no hemos empezado bien, y tampoco tengo intención de hacerlo, así que tú decides que si por las buenas o por las malas- me dijo amenazante.
-O vas al grano o grito- dije en el mismo tono.
-Me parece muy bien que estés loquita por Harry y todas esas mierdas, pero no puedes estar aquí- dijo.
¿Loquita por Harry? ¡Qué mierda le pasaba a este tío!
-¿Me vas a decir tú dónde puedo o no estar?
-Mira guapa, te lo digo por Harry, lo que tú hagas me suda la polla.
Lo miré incrédula. Por lo menos ya no me llamaba "zorra" o similares.
-¿Y qué quieres que haga?
-Vete.
-No- dije sin pensármelo.
-¿En serio tienes la cara dura de quedarte cuando han machacado a Harry por tu culpa?
Me quedé boquiabierta.
-¿Por mi culpa?
-Si no te hubiera visto aquí habría luchado sin ningún problema.
-¡Pero de qué vas! ¡Haberte metido tú a defenderlo!- dije furiosa.
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Remember «h.s»
FanfictionToda historia consta de una introducción, un nudo y un desenlace. Pero, ¿qué pasa si se caen las hojas del principio? ¿Cómo sigue adelante? ¿Cuál es el final? Mi nombre es Hailey y mi pasado, mi introducción, está destruido. Pero quizá alguien tenga...