Capítulo 3. Manipular

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La esperanza debida -Capítulo 3 - Manipular

Julia estaba tirada en su cama, con el ventilador directo a su cuerpo. No tenía sostén, hacía cuarenta grados y sudaba como si hubiera llegado la menopausia. Nathan Caulfield y su brillante idea de fingir la familia feliz para el bien de los mellizos había acabado con su vida. "Al menos mañana es sábado, no tengo que ir a trabajar" pensó.

Iris no quiso cenar, le agarró un ataque de llanto antes de la cena, y el motivo fue mirar la repercusión del video en su móvil. Julia le quitó el celular, era poco saludable, no le estaba haciendo bien. Le dio las gotas que Nathan le recetó, y ella se calmó, pero estaba callada y triste. Peter tocó el timbre a las nueve de la noche, pidiendo disculpas por la hora. A Blas le alegró su visita. Su mejor amigo se mostró sumamente preocupado por Iris, a Julia no le sorprendió que fuera tan atento, era evidente que la adoraba. "Ojalá se hubiera fijado en él", pensó su madre, apenada. La visita fue oportuna porque Iris accedió a mirar una serie con los dos amigos, y consideró que era un buen síntoma. Julia tenía terror de que estuviera sola en su habitación y cometiera una estupidez. Estaba decidida a dormir con ella, de lo contrario no pegaría un ojo en toda la noche.

Suspiró. Aquel día parecía tener mil años, no terminaba más la pesadilla. Lo que pasó en Charterhouse, la dejó traumada, fuera de foco. Jamás creyó que viviría para verla así, destruida. Siempre soñó con su felicidad, y era un castigo tremendo verla en ese estado.

El móvil vibró encima de la mesa de luz haciendo un ruido molesto. Julia miró la pantalla y bufó.

-Genial. Sullivan quiere darme un hermoso adelanto de lo que me espera mañana - pensó en voz alta - Hola.

-Julia, debemos hacerlo.

-¿Qué? - chilló, abriendo los ojos.

-Los consejos de Nathan, debemos...hacerle caso - de la nada, rio.

-¿De qué te ríes, bobo?

-Pensaste cualquier cosa. Tienes la idea fija.

-Cierra la boca... esto es una mierda.

-Los cuatro fantásticos deben saber lo que pasó. -respondió Bruno alicaído - Anthony es un chismoso, y los idolatra.

-¿Crees que vendrán a echarnos la bronca?

-No lo sé. Pero por las dudas prepárate el sermón. Es una mala señal que no hayan llamado.

-Hablaron con Iris por teléfono...estoy segura.

-Sí, puede ser, pero mejor no indagarla con eso... ¿Como está?

-Le quité el celular, no dejaba de mirar comentarios en los grupos del colegio. Está muy angustiada, lloró un buen rato después de hablar con Nathan. Luego se calmó cuando le di las gotas que le recetó - Bruno suspiró.- Esta noche voy a dormir con ella, está decidido.

-Mañana voy temprano a desayunar... me preocupa esta situación. Blas tampoco está bien.

-A mí no me convencen los métodos de Nathan. Los niños no son tontos, les estamos vendiendo una mentira...

-A mí tampoco me hace gracia verte tres veces por semana Fleming, pero intenta poner buena voluntad.- se quejó bruscamente.

-¿Cómo estás poniendo tú? ¡Mira cómo me tratas! Y te da la cara para exigir buena voluntad.

-No te hagas la pobrecita, tienes una lengua que si te muerdes mueres envenenada.

-¡Nathan está loco! Mañana me tocará aguantarte a ti y a mis padres -protestó Julia.

La esperanza debida (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora