Capítulo 27. Desaparecer

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La esperanza debida - Capítulo 27 - Desaparecer

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La esperanza debida - Capítulo 27 - Desaparecer

Después de que Robert la acompañara a buscar a Alex, Melanie lloró durante horas tirada en la cama. Naturalmente el pequeño notó su malestar y tuvo que inventarle que había reprobado un examen. Horas más tarde, le tocó llevarlo de un amigo que lo había invitado a dormir. Pero lo más difícil sería enfrentar a su padre. Dixon era bastante perspicaz, se daría cuenta que estaba hecha pedazos, y ella no estaba de humor para fingir. Nunca deseó tanto que Peach estuviera viva, para recibir sus palabras de aliento, su abrazo a tiempo. Necesitaba a su madre más que nunca. Sino fuera por Alex, su vida no tendría ni pizca de sentido. No era la primera vez que lo pensaba.

El mundo cayó de bruces sobre su espalda. No soportaba el dolor, no dejaba de recordar las asquerosas fotos de Blas y Candy. Jamás se sintió tan estafada y humillada. Le entregó todo; su tiempo, sus ilusiones... a cambio de un amor que nunca existió. Para colmo, no se había comunicado quitándole la oportunidad de rechazarlo, de herirlo y hacerle pagar la humillación. Melanie no tenía fuerzas para enfrentarlo; esa relación fue el peor error de su vida. Deseaba escupirle la cara, devolverle el golpe, destrozarlo de la misma manera. Blas no la quería, y ella se había enamorado como una idiota. Melanie no era una mujer impulsiva, pensaba mil veces las cosas antes de hacerlas. "No debo reaccionar como una niña...", intentaba sosegarse "Debo obrar de manera inteligente"

De pronto, oyó voces que provenían desde la calle. Se secó las lágrimas, sentándose en el sofá.

Con el corazón en la garganta, espió por la ventana. Zoe ayudaba a Peter, quien parecía malherido y le costaba caminar por cuenta propia. Se sujetaba las costillas y gemía de dolor. ¿Qué demonios le había pasado? Agudizó el oído.

-Debemos ir al médico...- decía Zoe, mientras caminaban hacia el coche a paso tortuga.

-No, estoy bien...

-No seas porfiado, apenas puedes caminar.

-Entiéndeme, si mi padre me ve así, yo...

En un impulso, Melanie salió de la casa. Zoe la miró atónita...si bien físicamente estaba entera, su aspecto no era nada bueno. Ojerosa, despeinada y con un abrigo de algodón bastante percudido. Probablemente era una prenda que utilizaba para estar en su casa, y eso era raro, Melanie siempre estaba de punta en blanco, era muy coqueta.

-Hola Mel...-saludó, tensa.

-Zoe, los vi por la ventana - se acercó a Peter. Tenía el pómulo hinchado, el labio partido y sangre seca sobre el labio superior. Le dio mucha impresión -¡Dios mío! Peter, ¿qué te pasó? - él negó con la cabeza.

-Blas se enteró de la verdad...-fue Zoe quien respondió - ...y tuvieron una hermosa pelea en el jardín.

-¿Él te golpeó de este modo? - se espantó, aterrada.

-No te preocupes, tu novio no quedó mucho mejor - repuso Peter con rabia. Melanie tragó en seco y tuvo que hacer un esfuerzo descomunal para no gritar que ese malnacido ya no era su novio - Maldito infeliz...

La esperanza debida (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora