Capítulo 19. Atacar

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La esperanza debida - Capítulo 19- Atacar

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La esperanza debida - Capítulo 19- Atacar

Agosto, 2000 (Dos días antes de la huida de Julia a Irlanda)

El timbre sonó. Una muchacha rubia se puso de pie y atendió al portero.

-¿Sí?

-Soy yo - dijo una voz masculina.

-¿Para qué tocas timbre? Tienes llaves, Bruni - soltó una risita.

-Lo sé, pero me parece adecuado avisarte que estoy abajo.

Minutos después, el ascensor le indicó que su visita ya estaba en su piso. Le abrió la puerta, haciendo una seña para que pasara.

-Hola mi amor- le tomó la cara y lo besó. Bruno Sullivan era el amor de su vida, lo amaba. Y él a ella. Lucharon contra todo para estar juntos y así llevaban casi un año viéndose a escondidas, porque él estaba casado con Julia Fleming y tenía dos bebés pequeños. Lo abrazó con fuerza- Te extrañé...

-Tracy...¿podemos hablar un minuto?

-¿Qué te pasa? ¿Te fue mal en la junta con los directivos de Samsung?

-Es mañana...quiero hablarte de otra cosa.

-Sí, dime...-se sentaron en el sillón.

-Julia se dio cuenta de todo. Sabe que nos vemos a escondidas.

-¿Cómo se dio cuenta? ¿Te siguió? - Bruno puso cara de no tener ni idea.

-No lo creo, nunca se separa de mis hijos - murmuró serio - Tal vez revisó mi teléfono o mi computadora, aunque la verdad, no es difícil de deducir. Nos vemos siempre los mismos días. Sabe de las reuniones de la empresa por mi padre...fue inevitable que atara cabos.- Tracy lo miró ilusionada.

-No me digas que te pidió el divorcio... -inquirió la chica, como si eso fuera lo que deseaba. Bruno negó.

-No, por suerte no.

-¿Por suerte? - dijo, disgustada.

-No quiero divorciarme, Tracy.- Ella se alejó, mirándolo con suma decepción.

-Me prometiste que te ibas a divorciar...-masculló, con un hilo de voz.

-Anoche, cuando discutimos, Julia me dijo algo que me quedó rondando en la mente...y creo que tiene razón.

-¿Qué pudo haberte dicho para que cambies de opinión? - dijo exasperada.

-Si no nos hubiéramos casado yo no podría vivir con mis hijos - contestó Bruno - Y es cierto, tendría que visitarlos en su casa, tendría visitas programadas. No es la primera vez que me lo dice.

-¿Lo tomaste como una amenaza?

-No es el punto.

-¿Y cuál es el maldito punto? - él la miró, algo alterado.

La esperanza debida (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora