Capítulo 5. Malinterpretar

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La esperanza debida

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La esperanza debida. Capítulo 5. Malinterpretar

Junio 1999

No había mucama, ni portera, ni profesor en Charterhouse que no supiera que Julia Fleming dejó a Aaron Fish «por ser una virga». La joven tuvo que soportar miles de cargadas, de burlas, de gritos por los pasillos y comentarios insidiosos en clases. Solían decirle "la novicia rebelde", se reían de su presunta virginidad como si fuera algo de qué avergonzarse. Julia sufría, ya no lo soportaba, era horrible que estuvieran riéndose de su vida como si fuera un programa de entretenimientos. Aaron Fish, también recibió burlas, ya que era el tipo más ganador del colegio y de un día para el otro todos empezaron a verlo como uno más. Charterhouse no perdonaba un fracaso.

Aquel día, Julia recibió dos paquetes de sus padres con un moño estrafalario. ¿Que le habían enviado? Algo perturbada, Julia lo abrió. Era una cajita que contenía un celular Nokia último modelo, color blanco. Cabía en su mano, era muy estético y brilloso. Sus padres tenían uno idéntico y se alegró mucho.

-¡Uau! Es divino... - Abrió la nota carta y la leyó.

"Querida hija:

Estamos orgullosos de tu intachable moral. Supimos que cortaste con Aaron Fish, y queremos felicitarte. ¡Eres digna hija nuestra! Ningún hombre tiene derecho a apurarte, mucho menos antes del matrimonio.

Te enviamos este regalo para demostrarte cuánto confiamos en ti, ¡pequeña y adorable Julia!

Tus papitos que te aman, Taylor y Warren Fleming

PD: En el segundo paquete hay otro celular para Brunito, no pudimos resistirnos de comprarles uno a él, es nuestro sobrinito del alma"

-No puedo creer que se hayan enterado...-le comentó a su mejor amiga- ¡Es una vergüenza!

-Al contrario, ni siquiera eres virgen y tus padres te felicitan - Lauren carcajeó.- Quien dispersó el rumor debe querer matarse.

-No me parece gracioso...

-¡Bah! Esta vez te salió redondo. Tienes un celular, nadie tiene uno de esos aquí, calculo que está prohibido.- dijo tomando el aparato, maravillada - Oye, ¿me regalas el de Sullivan?

-No puedo, lo sabrán en cinco minutos. A veces creo que tienen un espía aquí dentro.- chasqueó la lengua y miró hacia la mesa de enfrente. Bruno estaba hablando con sus amigos. Últimamente se lo veía más agrandado que nunca, se la pasaba hablando con chicas, y ni siquiera le hablaba. En realidad, si era objetiva, no es que hablaran tanto, de hecho tenían grupos diferentes, porque ambos temían que el otro delatara algún acto de indisciplina a sus padres. Demasiado se arriesgaron a fumar marihuana a los trece, en una una fiesta en casa de Lauren cuando sus padres se fueron de viaje. Después de la tercer calada, Julia lanzó un vómito asqueroso que llegó a salpicar la cara de John y Bruno. Lauren todavía reía de ese episodio. Sintió que de su barriga regurgitaba un ácido.

La esperanza debida (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora