—Capítulo Editado—
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—Pitch——¡No, no, no, no! ¡NO! ¡Sia! —Grité corriendo desesperado hacia el lugar de su desaparición.
Esto no puede estar pasando. Él no se llevo a mi hija. Por favor, no. Lo mataré. No, no sólo eso lo pondré en una jaula para que se pudra hasta el fin de sus días.
Me tomé de la cabeza y comencé a caminar por doquier, gritando cada un da las cosas que le haría cuando lo hallase. Mi furia crecía, y con ella mi arena púrpura aparecía rompiendo todo a su paso; las ventanas, la puerta, los asientos, todo destruido por mi rabia.
—Nadie debería poder entrar, ¡nadie! —Con mi arena tomé a uno de los demonios que estaban intentando escapar del caos, atraiéndolo hacia mí. —¡¿Cómo demonios pasó él?! ¡Era su trabajo asegurarse de que algo así no pasara! ¡Inútiles! —Al pronunciar esa última palabra, lo lancé de regreso con el resto; haciendo que los golpeé y todos caigan.
Aún no lograba procesar lo que había ocurrido; mi mente era una tormenta de insultos, tanto hacia Marcus por llevarse a mi pequeña como hacia mí por no evitarlo. Si algo llegase a pasarle... Jamás me lo perdonaría.
—¡Los Guardianes! —Exclamé, deteniéndome en medio de la sala, como si hubiera tenido la mejor idea del mundo.
Nightmare volteó hacia mí con una expresión de sorpresa, parecía pensar que era una idea pésima ya que negó varias veces con la cabeza.
—No me veas de esa forma, es mi hija y si para recuperarla debo aliarme con... ellos—escupí con disgusto—lo haré. Y tú vendrás conmigo.
En un abrir y cerrar de ojos, Nightmare y yo nos encontrábamos en la sala del Globo del Taller; frente a los Guardianes. Parecían discutir sobre algún tema, aunque no les tomé demasiada importancia. Ahora debería tragarme mi orgullo para ayudar a mi hija, para salvarla. Observé a Nightmare, parecía ser que se había rendido en negarse. Hizo una seña con la cabeza para que hablara de una vez. Tomé aire y di un un paso adelante.
—Disculpen si interrumpo su discusión sin sentido. —Hablé en voz alta para que notaran mi presencia. —Pero necesito su... —Tragué en seco.
Todos ellos estaban poses de ataque. Nightmare me empujó con su cabeza.
—Ayuda. —Solté.
—¿Ayuda? —Repitió Norte asombrado y confundido al mismo tiempo, dejando su pose.
—¿Que te hace pensar que ayudaremos a un saco de huesos como tú? —Gruñó Conejo.
—Aún no oyeron mi problema. —Dije irritado.
No tengo tiempo para discutir, cada segundo que perdemos con sus preguntas es un segundo más en que Sia está con él.
—No nos interesa. —Habló Tooth.
—Yo creo que sí.
—Habla de una vez, Pitch. —Dijo Norte.
La pesadilla me empujó una vez más.
—Secuestraron a mi hija, Sia. —Expliqué apretando los puños. —Nightmare, deja de empujarme.
Esta bajó la cabeza en forma de disculpa.
—¿Sia está en peligro? —Preguntó Tooth, yo asentí. —¡Debemos ayudarla!
Rodeé los ojos ante su bipolaridad, aunque estoy feliz de que quieran ayudar.
"¿Quién la secuestró?"
—Marcus. —Murmuré con odio.
Norte abrió la boca por la noticia, pero la cerró rápidamente frunciendo el ceño con furia. Sandman chasqueó los dedos, haciendo que su arena aparezca formando un circulo en el aire, y en el medio de este una imagen de ese malnacido besando el cuello de mi hija apareció frente a nosotros.
—¡¿Qué cree que está haciendo?! —Gritamos Frost y yo al mismo tiempo.
Se separó de ella, gracias a Dios, y se sentó en una cama en mal estado. Luego de un rato le guiñó un ojo y desapareció. Pude notar como Sia quería usar sus poderes, pero no podía.
—Agh... Papá, apúrate. —Susurró.
—¿Sia? —Pregunté sorprendido por poder oírla.
—No, una ballena parlante que controla mentes. —Pude ver en la imagen que golpeaba su cabeza y mordía su labio. Espera, ¿sabe que la estamos viendo y puede oírnos?
Observé a Sandman, intentando descubrir si era obra de él; pero parecía ser que estaba tan sorprendido como yo. Tal vez mi hija es más poderosa de lo que imaginé; pero este no es el momento de estar orgulloso. Prioridades, Pitch, prioridades.
—¿Dónde estás? ¿Por qué Sandman está contigo? —Preguntó, con la confusión marcada en su rostro.
—Estamos todos aquí. —Respondió Norte.
—Oh... —Su rostro demostraba sorpresa. —¿Hace cuánto observan?
—¿Te refieres a esa escena que hizo Marcus? —Dijo ahora Frost.
—¿Estás bien? ¿Te hizo algo? —Pregunté. —Si vuelve a hacer algo así, sólo golpea su punto débil... ya sabes. Y no temas, te sacaremos de allí.
—Sí, papá, estoy bien. Y lo sé, yo también intentaré buscar una salida. —Sonrió. —Debo irme, va a volver. —Y así la imagen se borró.
Te encontraremos, Sia. No dejaré que nada te pase.
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La hija de Pitch Black (Jack Frost) ×EN CORRECIÓN×
Fanfiction¿Qué dirías si eres hija de un villano? ¿Y si todos te creen malvada? De acuerdo, ahora dime algo: Si el enemigo de tu padre te lleva a una especie de taller sin saber quién eres, ¿llamarías a tu padre desesperada? Pues yo sí. Mi nombre es Sia S...