8. Correr por mi vida.

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 —Capítulo Editado—

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  —Sia—

De acuerdo, eso fue... extraño ¿Desde cuándo Pitch está con los guardianes? ¿Se volvieron los súper amigos mientras no estaba o qué? Bueno, no importa; al menos sé que mi papá me está buscando. Revisaré el lugar un poco más, sé que dijo que vendrían por mí pero no soy el tipo de chica que espera a sentada a que la salven sin hacer nada. 

Tomé aire y me preparé mentalmente para encontrar cualquier cosa. Volví a repasar esta habitación decadente —parecían faltar unos segundos para que se derrumbase—, no tenía ventanas; mas bien la única que tenía estaba tan sucia que era imposible mirar a través de ella. Volteé hacia la cama y tomé el costado del colchón, arrastrándolo hacia el suelo. Había un montón de insectos bajo él... asqueroso. Caminé hacia el viejo armario de madera sucia y algo rota, más que nada para alejarme de los insectos que comenzaban a trazar un camino hacia el piso. El mueble era gris, aunque lo más seguro es que solía ser blanco, y al abrirlo pude ver telarañas dentro. Con asco lo cerré de un golpe haciendo que una nube de polvo llegara a mi rostro provocando tosa como demente. Cuando mi ataque de tos terminó pude algo extraño detrás del armario, algo que sobresalía ligeramente como si fuese un marco de algo. Di unos pasos hasta quedar de un lado de este, debía saber qué demonios era.

Manos a la obra, Sia.

Usando un poco de fuerza por miedo a romperlo, empujé el armario desde su lado izquierdo y logré moverlo un poco. Intenté una vez más. Se arrastró por el suelo con un horrible chirrido que podría jurar que se oyó hasta en el infierno. Cerré los ojos con temor, esperando que Marcus apareciese.

Nada.

Abrí mis ojos lentamente y fijé mi vista en lo que el armario ocultaba, un poco más tranquila. Abrí los ojos como platos y mi boca parecía estar a punto de tocar el suelo... De seguro me veo como idiota.

—Una puerta... —Murmuré sin poder creerlo.  —Oh, gracias Marcus por no saber esconder algo importante. —Sonreí emocionada con la vista hacia el techo, aún murmurando.

¿A dónde llevará? ¿A una salida? ¿Un sótano? ¿Una escalera? ¿Una sala? ¿A Narnia?

Sacudí mi cabeza para librarme de mis pensamientos. Dirigí mi mano a la manija, deseando con todas mis fuerzas a que abra. Un leve "click" me aviso que la puerta se encontraba sin seguro. Juro que podría saltar de la felicidad, tal vez pueda salir de aquí y volver con papá. Abrí la puerta de a poco, intentando hacer el menor ruido posible. Aunque si no oyó el chirrido del armario, es posible que esté sordo. 

Agh... Marcus... Aún no puedo creer que el "chico bien" sea de los malos. Recuerdo un día que mientras estaba caminando por la habitación de un niño él entró. Yo me escondí lo más rápido que pude, pero la curiosidad ganó terreno y acabó descubriendo que estaba allí.

Flashback

Es una monada este niño cuando duerme ¿Con que soñará?... Sólo un toque no hará daño, ¿verdad?

Toqué la arena de Sandman con curiosidad, pronto el niño y un perro aparecieron correteando a mi alrededor. Reí un poco por su tan dulce sueño y me alejé. Volvió a ser sólo arena un rato después pero entonces la arena de mi padre llegó. Aquél perro se convirtió en una bestia y ahora el niño corría como si su vida dependiese de ello. 

Pitch no es tan fuerte como antes, pero cuando alguien debe tener una pesadilla él hace su trabajo. Es el orden natural de las cosas, supongo. Es decir, ¿cómo sabrías qué es un buen sueño si no tienes pesadillas?

La hija de Pitch Black (Jack Frost) ×EN CORRECIÓN×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora