19- Derrotarla.

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—Agh... Demonios. —Gruñó.

Sí, ya he dejado de decir cada acción de Ella como si fuese yo misma ¿Cuándo? Desde que dejó a Frost... Jack en aquel lugar. Él es alguien bueno, algo idiota pero bueno después de todo.

¿Pensando en tu novio?

No tengo novio, ¿vale? Deja de molestarme. No, espera. Mejor respóndeme esto: ¿quién eres y quién te dió permiso para entrar a mi cuerpo?

Diría que me sorprende que no me reconozcas pero enrealidad no lo hace. Y no pienses por un solo segundo que soy Sally, jamás. Te destruiré si lo haces.

Entonces dime quién eres.

—¡Listo! —Dijo Ella.

Abrió una especie de cofre. En cuanto habíamos dejado a los chicos, me desmayé por un tiempo. El tiempo necesario para que Ella fuese a un lugar situado sobre un abismo. Ahora tenía una llave en mis manos y caminaba sobre un fino hilo de telaraña.

Sólo necesito una prueba para que veas que no soy tan malvada, ¿verdad?

¿De qué estás hablando?

Presta atención a lo que veo... o vemos.

Posé toda mi atención en lo que mis ojos estaban mirando ¿Eso era una jaula? ¿Pero qué...? Un rostro salió entre las rejas de la jaula y la oscuridad dentro de esta ¡¿Marcus?!

—¡Marcus! —Grité, emocionada.

Tranquila, Sia.

Yo acabo de... Aún tengo algo de control sobre mi cuerpo. Eso es bueno. Tal vez pueda recuperar todo el control, pero por ahora me conformo con saberlo.

¿Por qué estamos aquí, qué piensa hacer con Marcus?

—Marcus, acércate. —Susurró Ella.

En algún momento llegamos frente a la jaula, Marcus había entrado su cabeza y no se veía nada. Una mano salió de entre las rejas y me tomó por el cuello. Entonces pude ver el rostro de él.

—¿Quién eres y por qué estás en el cuerpo de mi amiga? —Preguntó con una voz sombría.

¿Están seguros de que él no es hijo de Pitch? Le vendría genial el papel de malo. Pero me estoy quedando sin aire.

—La... estás... ma-matando. —Murmuró con la voz cortada por la falta de aire y con el ceño fruncido.

Él soltó mi cuerpo y gruñó. No parecía contento con la idea de que alguien esté en mi cuerpo, ya eramos dos personas.

—Demonios, chico alarma. —Dijo arrodillada en el suelo y tosiendo mientras recuperaba el aire.

Al estar ella controlando mi cuerpo parecía que perdía muchas de las acciones que hacía. En algunos momentos todo se vuelve negro y luego vuelve la luz y los objetos con ella. Es como tener una venda en los ojos que se sale a momentos y luego vuelve.

Ella miró a Marcus con una sonrisa. Él la veía sorprendido y luego sonrió, negando con la cabeza. No entiendo nada.

—Así que eres tú.

—Sorpresa, niño. —Se levantó finalmente. —¡¿Cómo que sabes quién es y yo no?! —Grité de la nada. —Y Sia aparece nuevamente. —Rió un poco.

—Al menos sé que la chica de los muñecos sigue allí. —Sonrió aliviado.

¿Seré la única que no entiende nada y quiere que lo expliquen de una vez por todas? Es decir, ¿cómo es que Marcus notó que no era yo misma, quién es Ella, por qué Marcus sabe quién es? Odio ser la última en enterarme.

—Vamos a sacarte de aquí, Marcus. —Dijo sacudiendo las llaves que había en mi mano.

Describir así es tan confuso.

Y otra vez llegó el color negro.

Oh, ahora estamos en una mansión extraña. Hay un grupo de "Marcus" tirados en el suelo con heridas mortales. Sí, como trapos sucios. Era enfermizo y desagradable.

Ah, despertaste. En resumen: Lo saqué de la jaula, entramos a la casa de Sally y ahora resulta que la única salida es por la puerta principal pero hay miles de entradas.

¿Por qué haces esto?

Te lo dije: Sólo necesito una prueba para que veas que no soy tan malvada.

Si quieres que crea eso, dime quién eres.

Todo a su tiempo, Sia. Ahora deja de ser una niña caprichosa y presta atención. Te dejaré hablar un rato.

Marcus, ¿quiénes son todos ellos? —Pregunté.

—Hola, Sia. Yo también te extrañé, ¿dices que me veo más sensual que de costumbre? Gracias, aunque es obvio.

Es un idiota.

Lo es.

—Ajá, sólo responde por favor. —Rodeé los ojos.

—Son copias, Sally las creó. Supongo que estás al tanto de quién es Sally.

—Tu hermana, ¿verdad?

—No realmente.

—¿A qué te refieres? —Estaba confundida.

Ella aún controlaba mis movimientos. Eso y el no entender a Marcus me dejaba algo aturdida. Él detuvo sus pasos, por lo que Ella volteó a verlo.

—Mi padre era alguien muy bondadoso. Yo era nuevo en todo esto de ser un espíritu y estaba asustado. Sólo tenía a Sally, mi mejor amiga, de mi lado. Cuando eramos humanos ella y yo fallecimos al mismo tiempo, por la misma causa. Recuerdo que no podía parar de temblar. —Rió secamente clavando su vista en el suelo. —Sally estaba tan tranquila. Sólo se acercó y me abrazó. Luego, él nos encontró, nuestro padre. Nos adoptó como sus hijos y nos convertimos en hermano y hermana. Esa es la historia. Algo aburrida, ¿verdad? —Clavó sus ojos en los míos.

—Para nada. —Sonreí. —Pues yo casi caigo dormida. —Acotó Ella, bostezando.

—Mara, eres tan buena arruinando momentos bellos.

Mara, ¿ese es tu nombre?

Sí, no te sirve de mucho.

Al menos ahora puedo dejar de llamarte "Ella".

¿Me llamabas "Ella"? Olvídalo, no me interesa.

—A mí me parece una historia estúpida y sin sentido. —Comentó una voz fría detrás de nosotros.

Mara volteó mi cuerpo y pude ver a una chica parada con los brazos cruzados y una sonrisa desafiante.

—Sally. —Murmuró Marcus.

Parece que es hora de derrotarla.

Holaa, hoy estuve actualizando la novela :D

Adivinen qué:
¡Falta un capítulo para que termine la novela! Y Frost ni siquiera besó a Sia -_- Es mala persona, ya está.

Neh, preparense para que sus corazones se derritan de tanta dulzura que les voy a dar.

Comenten, voten y opinen.
L@s amou :3

Adióh mis criaturias del frío

La hija de Pitch Black (Jack Frost) ×EN CORRECIÓN×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora