Reescribiré Nuestra Historia [Lafayette X Ti] Dress Up! Time Princess

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PARA PROTEGER Y CUMPLIR

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NARRA ______

Dejé el estudio del rey y me dirigí a mi habitación o eso se suponía cuando dejé Versalles para buscar a Mandela.

—No hay manera de que pueda conservarte sin ayuda —me observa y no puedo evitar sentirme mal—. ¿Pero qué hago?

Mil y un soluciones, ninguna viable por mi cuenta, solo me queda dejarlo.

—¿Puedes quedarte aquí? Mañana temprano iremos al pueblo y buscaré lo que necesites —me mira y se acuesta a un lado del árbol.

Supongo que eso es una señal de que acepta.

Dejé el castillo con algunas zanahorias en la madrugada, aunque no me emociona la idea de que la hija de Madame Deniau esté enferma y espero que se recupere, no me vendría mal que se quede con ella un tiempo más mientras arreglo esto.

Llegar al pueblo fue diez veces más rápido que bajo una carrera en la madrugada, está por terminar la época de "calor" así que tener a Mandela es un alivio.

Heno. Pasa por mi mente aunque para ser sincera no tengo una idea muy relevante de lo que puedo darle a un caballo además de eso.

(A veces extraño el Internet.)

Decido volver al rancho donde compramos a los caballos, el dueño me recibe alegre y le explico que me gustaría comprarle comida con lo que me mira aún más alegre. Me explicó con detalle la dieta de Mandela y qué era lo que prefería, la mayoría puedo conseguirlo en el castillo con excepción del heno que le traen de oriente por lo que lo compraré aquí.

—¿Te gusta eso? —le pregunto acariciando su lomo mientras come.

—Eres un blanco bastante difícil de encontrar, personita —escucho cerca de mí, pero no veo a nadie.

—¿d'Eon? —me alejo de Mandela para buscar detrás de una pared y encuentro a la misma figura que me acompañó ayer bajo una vestimenta sugerentemente masculina.

(No le sienta mal en lo absoluto ese estilo.)

—¿Qué tal, personita? —separa su cuerpo de la pared y me mira con una sonrisa.

—Aun así consiguió encontrarme —no dejo de preguntarme cómo es que siempre aparece de un momento a otro.

—Una corazonada.

El hombre de la hacienda recibe a d'Eon tan feliz como a mí e incluso nos invita a desayunar. Aceptamos la propuesta mientras ambos caballos descansaban y fuimos servidos por un banquete delicioso.

¡Por la reina Teresa que lo que probé es lasaña!

—Mi hijo Alexander trabajó como aprendiz de cocinero en España hace años, antes de trabajar con reconocidos personajes —confesó el hombre orgulloso de su hijo que se sentó en la mesa a su lado.

—¿Entonces es gastrónomo? —pregunto sorprendida y por alguna razón me observan igual.

—Qué curioso, me sorprende que alguien conozca el término —dijo uno de los hombres en la sala de cabello negro y ojos verdes.

—Mi hijo Heather, profesor de Primeras Letras y Latín —presumió con decencia el padre de los presentes—. ¿Qué significa hijo?

—Es una palabra griega que se perdió en el tiempo, aun así me parece que aunque su significado es extenso, está bien empleado para describir la profesión de mi hermano —siguió explicando.