Capítulo 12

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JUCA

¡Lorena todavía me volvía loco!

Ella está equivocada con Mel, dijo que no sabe cómo pude aceptar a una persona como ella en mi oficina. Está celosa y enfadada.

No sé qué más hacer para evitar desacuerdos, nuestra casa parece un campo de batalla. No me gusta eso, ni un poquito.

Jonas me aconsejó que guardara silencio, y eso es lo que he estado haciendo, lo que ha evitado peleas innecesarias.

Mis momentos con Mel han sido maravillosos, aunque sólo han sido almuerzos y algunas reuniones; conversamos bastante sobre todo lo que ha pasado en nuestras vidas en los últimos años. Ella ya sabe lo de mis padres y recuerdo con claridad cada detalle de sus reacciones, parecía como si hubiera vivido aquel momento.

Aún no me ha contado el motivo por el cuál fue encarcelada, estoy esperando pacientemente a que esté lista para ello, fuera de ese importante detalle, estamos más conectados que nunca. Ya conseguimos comunicarnos con solo una mirada.

Es una pena que mi hermana no la acepte, eso me ha causado una tristeza horrible. Mi deseo es que las mujeres de mi vida se lleven bien.

Estoy amando a Mel, tengo la certeza de ese sentimiento, pero estoy esperando la confirmación de Papá.

(...)

Llegué a la oficina y Mel no había llegado todavía. Me pareció extraño, incluso intenté hablar con ella, pero no me respondió. Volví a trabajar, pero mi cabeza insistía en pensar en ella.

Me levanté y cuando abrí la puerta la encontré juntando algunas cosas en la mesa. Melissa parecía distante y triste. La observé durante algunos minutos, antes de que me viera y sonriera.

Sabía que algo iba mal, su sonrisa no llegaba a sus ojos.

—¿Está todo bien, Mel? —pregunte entrecerrando los ojos intentando desvelar todos sus secretos, y me perdí en sus ojos marrones.

—Sí, todo está bien, solo me dormí tarde ayer —forzó una sonrisa y yo fingí creerle, le daría tiempo y después indagaría. Le di un beso en la frente y volví a mi oficina.

(...)

Atendí a muchos clientes durante la mañana y parte de la tarde, siempre preguntándole a Mel si estaba realmente bien, hasta que llegó un momento en que tomé la decisión de hablar con ella.

Cuando la llamé, se levantó muy rápido y se mareó, mi instinto fue sólo cuidarla. Hablamos y entendí lo que estaba sintiendo, después Mel almorzó y se fue a casa.

(...)

Estaba esperando a un cliente cuando Jonas me avisó que no vendría, resolví entonces ir a la casa de Butterfly, así estaría más tranquilo.

Agarré mis cosas y descendí casi corrí al estacionamiento, tiré todo dentro del auto. Y conduje hacia la casa de ella.

Pasaba por una calle cercana y cuando el semáforo estaba en rojo, aproveché y di un vistazo alrededor, y a lo lejos vi a Melissa, ella caminaba deprisa hacia una chica que estaba rodeada por dos chicos. Mi sangre se congeló, ellos podrían lastimarlas a las dos. No lo pensé dos veces antes de dar media vuelta y estacionar el auto.

Corrí hacia donde ella estaba. Nunca había sentido la necesidad de golpear a alguien como en aquel momento. El tipo estaba apuntando con el dedo a mi chica y eso me irritó, tuve que pedirle a Dios autocontrol. Creo que él notó mi irritación porque pronto se fue.

Un Largo ViajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora