Epílogo Bonus

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5 años después

—Victoria, por favor, no subas las escaleras corriendo, hija, podrías hacerte daño —grité desesperada, ya había pasado por su segunda cirugía, pero seguía temiendo que pasara algo.

No te preocupes mamá, papá me está espelando —suspiré aliviada y sonreí, Juca siempre ayudando en todo, los años sólo le hicieron aún más cariñoso y atento, seis años de casados y lo amo más que nunca.

Eso me deja más tranquila, aun así sube con cuidado —le aconsejo, y ella asiente, subiendo los escalones lentamente.

Vuelvo a la cocina para terminar de organizar los preparativos de nuestra cena de Navidad, que este año será aquí en casa. Ya tengo ganas de volver a ver a mis amigos y contarles la noticia.

Hace un tiempo que no nos reunimos, los echo de menos y a mis dos sobrinos también.

Revuelvo la olla y me pongo a canturrear, el olor del bacalao me da náuseas, cierro los ojos con fuerza para que las náuseas pasen, y respiro aliviada cuando mi estómago se calma.

—¿Por qué no me lo contaste? —me sobresalté al oír la voz de Juca, y me llevé la mano al pecho en un vano intento de calmarme. Él espera ansioso mi respuesta, pero también veo tristeza en sus ojos.

—Perdóname amor, quería esperar un poco más —sentí mis ojos húmedos y engullí el nudo que se formó en mi garganta—. Tenía miedo de que la situación se volviera a repetir —dejé que una lágrima escapara, el miedo a volver a sentir ese dolor quería apoderarse de mí.

Juan Lucas sonrió, se acercó y me envolvió con sus brazos.

—Dios está al control de todo, amor; no dejes que el miedo domine tu corazón. Siento que esta vez todo saldrá bien, nuestro hijo será una bendición —me susurró al oído mientras continuaba abrazándome.

—Yo también siento lo mismo, es difícil no tener miedo, ¿sabes? —me separé de él y vi su sonrisa comprensiva.

—Entiendo, amor, no dejes que el miedo te aprisione, eres libre, no lo olvides nunca Butterfly —sonrío y le doy un beso. Nos apartamos cuando oímos a Victoria gritar puaj.

—Creo que voy a poner a esta pequeña traviesa en la ducha. No olvides, Butterfly, que Dios tiene el control de todo —Juca besó mi frente, y después alzó a Victoria en su regazo y la lanzó hacia arriba, arrancando una carcajada de la pequeña y haciendo que mi corazón se detuviera por un instante.

Volví a mis quehaceres más aliviada por haber compartido, finalmente, la noticia del embarazo con mi esposo. Necesitaba terminar de hacer la torta, antes de que llegara mi cuñada, íbamos a recogerlos al aeropuerto, Lorena y Guillermo fueron a visitar a Giuseppe a Italia, por fin después de años él  le pidió perdón a su hijo.

Anaju y Jonas volvieron a vivir aquí en Brasil y, a pesar de las luchas, se mantienen firmes y fuertes en su fe en Dios; y fue con mucha fe, que llegaron a donde están. Anaju está embarazada de cinco meses y Jonas no podría estar más feliz. Ícaro, ni siquiera habla, se pasa todo el tiempo acariciando la barriga de su mamá.

Dios me ha sostenido en todo también, pasé por muchas cosas que me dejaron destrozada, por no hablar de que durante el embarazo de Victoria tuve que pasar tres meses sin salir de casa, fue una tortura.

Sin embargo, en todo estoy agradecida con Dios. Ana tenía razón cuando decía que Él tenía muchos planes para mí. He trabajado en prisiones y con mujeres que han pasado por situaciones de violencia. Y le he enseñado a Victoria el camino del Señor, desde una edad temprana.

Un Largo ViajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora