Una semana y, ni siquiera, pude encontrar una limpieza para hacer. Mi madre no dejaba de decirme que fuera a trabajar con mi padre, pero eso no es lo que quiero. Mi deseo es vivir de mi propio trabajo y esfuerzo.
Julia y yo hemos estado hablando, no como antes, pero estamos avanzando hacia una sólida amistad. Mis padres continúan siendo de la misma forma, cariñosos y comprensivos.
Me tiro a la cama y respiro profundo. No era esto lo que tenía en mente. Pensé que podía volver a casa ya empleada; pero infelizmente, eso no sucedió y es frustrante.
Decidí dejar de quejarme y me levanté para tomar un baño. Los nudos que el estrés formó en mis hombros, se deshicieron como si me hubieran dado un masaje. Me relajé bajo la ducha. Cuando termine, me vestí con una ropa cómoda y decidí leer la Biblia, mi libro favorito en este momento.
Siempre observo las palabras de Juan Lucas y me pregunto: ¿Será que volveremos a encontrarnos?
Me encojo de hombros y decido dejar esa pregunta de lado, y embarcarme en la emocionante lectura de la historia de José.
Él, al igual que yo, estuvo en prisión; pero el Señor cumplió todos los planes que había dispuesto para su vida. Sonrío al recordar las palabras de Ana: "El Señor tiene grandes planes en tu vida".
Oro, y luego bajo a cenar. Anajú aún no ha llegado, solamente mamá y yo estamos en casa. Ella se pasea por la cocina tarareando y yo me detengo en la puerta para admirarla. Es una gran mujer y siempre ha sido muy abierta en todo.
—Una hermosa visión —me asusto con la cercanía de papá y llevo la mano a mi pecho, provocando una risotada en él y llamando la atención de mamá.
—¿Cuánto tiempo llevan ahí? —ella pregunta con una mezcla de curiosidad y alegría. Mamá siempre decía que el mejor momento del día era cuando papá llegaba a casa, y viendo esta escena creo que nada ha cambiado.
—Acabo de llegar, querida —mi padre camina hacia ella y deposita un beso en su frente, antes de dirigirse a tomar un baño para cenar.
Ayudo a mi madre a poner la mesa, y luego cenamos juntos.
Después de una noche agradable en familia, aquí estoy, acostada en mi cama, mirando al techo sin poder dormir pensando en las dos entrevistas que tengo mañana, las cuales consiguió Anajú para mí. Ni siquiera sé cómo comportarme, las dos entrevistas son para el puesto de secretaria y estoy asustada; mis antecedentes no son buenos.
Respiro profundamente y entrego todo en manos de Dios. Si es para mí el trabajo, las cosas se darán; si no es, tendré paciencia. Me di la vuelta y me quedé dormida.
...
Me despierto agitada y ansiosa; dos cosas que hace mucho no sentía, hasta hoy.
Busco en el guarda ropa algo adecuado para la ocasión. Elijo una falda entallada, una blusa social blanca y unas zapatillas negras. Tomo mi ropa interior y corro al baño; recuerdo la noche anterior, sentí una opresión en el pecho y miedo por el día de hoy, pero sé que debo ir.
Termino y salgo del baño, me visto, recojo mi cabello en un moño, y me aplico un maquillaje ligero. Agarro mi bolso con fuerza, tengo la sensación de que algo va a pasar; pero, no sé lo que es.
—Padre, quédate conmigo. No sé por qué siento esta opresión, pero sé que debo ir. Aun así, sé que estarás conmigo y eso me da tranquilidad. Dame la mansedumbre y la fuerza para mantenerme firme y no ser conmovida, en el nombre de tu Hijo Jesús, amén.
Después de mi breve oración descendí las escaleras, y fui directo a tomar el taxi que mamá había pedido. Entré en él y nos dirigimos al lugar de la primera entrevista. El conductor fue muy amable y durante el trayecto hablamos acerca del clima.
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Un Largo Viaje
RomanceTraducción de la historia en portugués titulada: "Uma Longa Jornada". Autora: Janiele Gomes. La vida de Melissa dio un giro cuando fue condenada por algo que no cometió. Después de cinco años, ella recibe su libertad y decide reemprender su vida, lo...