In Fraganti

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Nota de autora: Al provenir del infierno, que es una parte del reino de los muertos, Kavaxas debería ser un espíritu —y lo es—, pero al ser invocado tiene que cruzar al reino de los vivos, lo cual sería imposible pues no esta vivo. PERO para arreglar este requisito, en el momento que cruza adquiere un cuerpo material, físico y tangible, que adquier las mismas características de un cuerpo normal: hambre, dolor, sed, sentido de equilibrio, percepción del frío y calor —éstas últimas más débiles—¿cómo lo obtiene? Con suficiente poder para moldearlo a partir de restos de los cuerpos de los difuntos. Por algo es un 'rey' de los Demodragones, una raza superior de demonios. Espero se haya entendido.

Carbón, humo, carne quemada y alquitrán se esparcieron por todas partes, rugidos coléricos y macabras risas retumbaron en los callejones de toda la ciudad. Todos los pandilleros, ladrones, delincuentes y prostitutas palidecieron como papel, entre murmullos escandalosos huyeron despavoridos de aquella voz de niño.

El demonio esta despierto

Sobre los tejados un manchón verde manzana reboloteaba alrededor de una criatura de piel rebestida de escamas bermellón, que gritaba y lanzaba llamaradas de fuego anaranjado y rojo que el menor parecía esquivar con facilidad. Kavaxas estaba furioso, desconcertado por la increíble velocidad con la que la tortuga se desplazaba de un lado a otro. Un momento esta burlándose frente a él y cuando ataca con su vómito de fuego, una palma impregada de olor a rosas bañada en agua bendita toca la piel de su espalda escamosa, supuestamente indestructible y, ésta se quema y se derrite, las escamas se deshacen como simples castillos de arena en el viento.

–¡Miserable rata!¡Te mataré, te haré carbón!

Kavaxas esta siendo acorralado, lo sabe. Ve a través de esos ojos hielo la astucia con la que fue guiado a los tejados, siente la hambrienta sed de sangre centelleando sobre esa complacida sonrisa de bordes afilados y dientes desnudos, en esa carcajada histérica, insano regocijo y placer sanguinario vibrando desde profundo de su garganta. Gruñe contra aquella aura tiñendose rojo oxidado y negro, nebulosa e irregular, arremolinándose alrededor de su amo, caliente y excitada esparciéndose como un incendio mortal y destructivo. El dragón ruge, ataca, vuela sobre los cielos antes que el dolor de su piel derritiéndose lo ataque por la espalda y lo obligue a caer.

Cuando choca contra el pavimento de otro edificio siente una palma tocando apenas su espalda, gime dolorido cuando una nubarrón de humo negro nace de su propio pellejo, sintiendo a carne viva las escamas bermellón supuestamente indestructibles, derretirse como cera bajo el calor de la vela y se deshacen, los tejidos palpitantes quedando expuestos.

Agua bendita

–¡Enfrentame cara a cara, cobarde!¡Te volveré al infierno!

Entonces un mutismo tétrico y horripilante se propaga en el lapso de un parpadeo. La risa, los movimientos extravagantes, los furiosos ataques de detienen, se esfuman como simple niebla mañanera.

5:47a.m.

Vislumbra una silueta de ojos blancos tras la máscara anaranjada y ceño fruncido observarlo con furia, desafiante e imperturbable, envuelto junto a él en una atmósfera amenazante, burbuja espesa, asfixiante e ilegible y puede jurar escuchar un zumbido agudo como interferencia radiofónica en su cerebro, así como el mundo tintado de gris, blanco y negro. Lo esta retando a romperla, a deshacer su aterrador encantamiento. Kavaxas gruñe tan bajo que apenas se oye, detesta admitirlo pero su piel se eriza bajo la muda amenaza de aquel espíritu indomable y salvaje.

–¿Realmente quieres enfrentarme cara a cara?¿puedes plantarte frente a mí sin caer de rodillas?¿O solo son palabras vacías bañadas en un deseo desesperado de obtener valor?

Resultados Inesperados: El Ángel Caído[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora