Las cartas a favor

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Nota:

Punto uno: Creo que ya lo saben, pero por sí acaso, a esta escritora le agarro por escribir lenguaje obseno para sus historias :v asi que ya les advierto que sí son sensibles a eso se vayan a otro lado porque no quiero que me eliminen a mi bebé nada más porque no les gusto. La advertencia esta hecha.

Punto dos: Disfruten de su lectura, les digo de paso, que esta joyita sigue en proceso, es decir, habrá más capítulos.

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Avanzaba silenciosamente, los túneles del alcantarillado no tendían a ser de muchas ayuda cuando el rebote de una piedrita podía causar un eco hasta Nueva Jersey. Evitó todos los obstáculos que pudo encontrar, mientras pensaba en cómo despertar a su padre en medio de la madrugada para que le atendiera la herida de un cuchillo, el cual todavía no se quitaba y posiblemente había roto su hueso. Vagamente se le paso por la cabeza decirle a Donatello que tuvo un accidente en la cocina mientras cortaba un trozo de pizza.

Es una buena excusa

Hizo una mueca confundida apenas llego al umbral de la entrada. Las luces apagadas, silencio total, al estilo de esas películas creepy que tan fascinado tenían a Raph los miércoles en la noche. Suerte suya que hoy era viernes. Sin embargo, ya había visto suficientes escenas de película de terror como para saber que cruzar un pasillo a oscuras a las 3:00a.m. nunca era buena idea. Con una mano en un par de nunchakus serpenteo hacia la puerta de su cuarto, pasando de largo los sofás acomodados en círculo y a Splinter bebiendo una taza de té.

Espera un segundo

-Sí no fuera porque te estamos esperando nadie te habría notado.

Oh, mierda.

Dio un brinco del susto, por reflejo lanzo un nunchaku al lugar de donde procedía la voz molesta que le hablaba en su espalda. Le dio un golpe a Donatello en la cabeza, quien apenas soltó un chillido para caer inconsciente.

-¡Eeek!¡Donnie!

Mierda doble, ¡su médico!

Se lanzo hacia el suelo, buscando una forma de despertar al pobre genio, que silbaba con cada respiración, culpa de ese huequito en sus dientes. Miguel Ángel fue interrumpido de su labor de RCP cuando un par de manos fuertes le apretaron fuertemente los hombros. Reconocía ese tacto, su piel se erizo, sí tuviera pelaje estaría esponjado al ver la cólera desfigurando aún más el rostro de su poco fotogénico hermano.

-¡Raph!

-¡¿Puedo preguntar qué demonios estabas pensando?!

Jadeo espantado sin saber muy bien que hacer. Ellos parecían tan molestos, indignados. Y Splinter seguia bebiendo tranquilamente su té de jenjibre, ganas no le faltaban de echárselo encima a la rata, pero supo que eso era imposible y se hizo un ovillo avergonzado al recibir el destello de amenaza defensiva en los ojos marrones chocolate de su padre.

Lee mis pensamientos, no me engaña.

-Miguel Ángel, toma asiento... Y deja de mirarme como sí tuviese poderes, por favor.

El niño se acurruco en el suelo, al frente de Donnie, quien poco a poco recobraba la lucidez. Mikey obedeció, se levanto del suelo y se hizo paso al sofá más cercano a su padre, pisando a propósito el estómago de Donatello con tal de eliminar siete horas de reprimendas e investigación con su sangre, de su lista. Como penso, el púrpura volvió a dormir. Al darle la vuelta a los sillones vislumbro a Leonardo de brazos y piernas cruzadas con su cara de póker y sus ojitos asesinos clavándose en su frente. Trago pesado, pero se sentó. Escucho el carraspeo incómodo de Leo cuando vio el cuchillo adornando la piel de su pierna, ya rojiza e hinchándose poco a poco, la sangre seca destacando la herida.

Resultados Inesperados: El Ángel Caído[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora