–Se desplegaran tres grupos alrededor de esta zona. Raph con Casey, Abril y Donnie, yo iré con Mikey... ¿será más seguro mantener vigilados estos puntos, no es así Donnie?
Observo sin ánimos como Leonardo señalaba en el mapa los museos de historia que habían en los alrededores, ignorando las Bibliotecas y Tiendas de Antigüedades tachadas en rojo, representando que ya habían sido saqueadas. Vislumbró por el rabillo del ojo a Raph resoplar aburrido de brazos cruzados, también a Abril jugueteando distraídamente con sus hebras rojizas, lanzándole miraditas curiosas a él de vez en cuando.
–Exacto, considerando los edificios que han sido invadidos y los objetos robados —libros de magia oscura— será más probable que esta noche decidan ir a estos tres lugares.
–Bien, ¿entonces a la mínima amenaza nos comunicaremos con los demás, entendido?
Sus ojos no abandonaron la brillante x color rojo pintada justo donde el Museo de historia, pues esa misma mañana los habían visto robar un libro de portada negra y adornos dorados sin nombre. Fruncio el ceño, se mordio el labio pensando en porqué no los detuvo, quizá de ese modo podría evitarse el patrullaje de emergencia que estaba a punto de realizar con la ayuda de los dos humanos.
«Estorbos»
Soltó un gruñido mirando a otro lado, sabiendo de antemano que cuando Casey y Abril se involucraban en una misión solo significaban más problemas con él. Después de varias veces, sabía que con la influencia del humano a Raphael se le subirían los humos y le daría ordenes sin parar y, sí no las cumplía se ganaría un golpe en la cabeza, burlas o retos sin sentido que tendría que cumplir por despecho. Donnie, por su parte se la pasaba coqueteando con la pelirroja, actuaría como niño con alzheimer —sí es que era eso posible— , entorpecería la misión y lo estaría vigilando constantemente solo para que Abril quedara cautivada por su evidente instinto fraternal.
«Falta poco para verle vomitar rosas y caramelos»
Pensó molesto sin alejar su penetrante mirada celeste de aquel genio casi a paro cardíaco de pasar al otro mundo, solo porque su crush estaba parada a su lado, escuchando atentamente las órdenes del líder.
–¿Mikey, escuchaste lo que dije?
La voz demandante de Leo lo saco de sus divagaciones, haciendo que le mandara una mirada asesina por fracción de segundo que hizo temblar al mayor. Mikey dibujo una sonrisita traviesa y mordió su dedo, luchando por recordar lo que sea que había dicho. Voto finalmente por decir algo completamente estúpido.
–¿Bailar con las ardillanoides?
Sus tres hermanos hicieron una cara desconcertada que le saco una risotada al pecoso, aunque no fue suficiente para que Raph se compadeciera de él y le lanzara un terrible puñetazo que lo mando al suelo. Comenzo a frotarse la mandíbula, haciendo ruiditos de dolor para camuflar su total indiferencia al mismo y miro con ojitos de perrito abandonado bajo la lluvia al mayor, quien parecía que en cualquier momento se lo comería vivo. Donatello intento recriminar a su hermano impulsivo, sin embargo un golpecito en el hombro lo dejo en blanco.
–¡¿Crees que es una broma?!¡¿Un grupo de locos dirigidos por el Ángel Caído están robando libros de magia negra para resucitar a Destructor y tú solo ríes?!
Eso último lo tomo desprevenido, abrio los ojos como platos y abrio la boca en una enorme 'O', se levantó de inmediato con un salto, abalanzándose sobre el temperamental, zarandeándolo como loco.
–Espera, espera ¡¿Cómo?!¡¿Resucitarlo?!¡¿Es eso posible?!¡¿Y cómo es eso de que y—el Ángel Caído es el responsable?!¡¿Quién te dijo eso?!
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Resultados Inesperados: El Ángel Caído[TERMINADA]
FanfictionPara sus hermanos, Miguel Ángel es diversión, es alegría, júbilo, emoción en potencia, inocencia, ingenuidad, una mole de eterna juventud aventurera. Pero fuera, en las calles de los barrios bajos, las pandillas hablan de una silueta de sonrisa amab...