Final.

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Parecía un día normal.

El sol empezaba a levantarse dejando atrás la brumosa alba.

Los primeros rayos dorados se alzaban por encima de la copa del árbol de enredaderas; bajando lento hasta su ventana desnuda.

Tay no había dormido en toda la noche.

Si sus ojos se cerraban, él despertaba asustado de no poder encontrar a Gun a su lado.

Por suerte aún estaba allí, con él.

Y aunque sus ojos estaban muy hinchados de tanto llorar. Él no podía apartar la mirada de su ratoncito, su novio, su pequeño hombre.

¿Cómo iba a vivir sin él de ahora en adelante?

¿Acaso podía vivir sin respirar su mismo aire? ¿Acaso podía beber si no era de su boca?

Sí, sí podía.

El problema era que no quería.

Por qué él tenía que dejarlo ir.

¿Por qué?

No era el único dolor en su pecho.

Se repetía mil veces que eso era lo mejor.

Que no debía ni podía haberse encariñado tanto con unos niños que no eran suyos. Que no debía haberle permitido a su corazón amarlos como los amaba, que no debía permitir que sus oídos sean endulzados con sus primeros -Pa-pá- que dijeron. Y el peor de sus errores.

No debía haberse hecho a la idea de tener una vida feliz junto a Gun.

¿Cómo fue capaz de si quiera pensar que una tonta y cursi persona, como era él, mereciera una vida feliz?

Ingenuamente pensó que podía tener a Gun como su marido y a Ian e Isa como sus hijos.

Tonto. Mil veces tonto.

Se repetía mientras inhalaba el dulce olor del cuerpo de Gun, mientras veía sus labios rojos separados por su leve ronquido, mientras apretaba su cintura haciéndolo su cuchara pequeña al dormir.

¿Cómo lo haría?

¿Cómo terminaría con él?.

¿Dolería?

Siempre duele ¿no?, terminar con alguien a quien realmente amas.

Soltar el lazo invisible que han creado e ir por caminos diferentes.

Alguien al que le has puesto en sus manos tu corazón roto y él lo ha remendado con besos, respeto, risas, pero sobretodo con amor.

A esa persona que le has entregado tu pasado, tu presente y futuro. que te hace sentir que eres el indicado, que no tienes que hacer gran esfuerzo para amarlo porque sencillamente es imposible no hacerlo.

Dolería, sí, y muchísimo.

Sollozó pegando su nariz al castaño cabello, aspiró lo más que pudo apretando fuerte los ojos, imaginando como le diría a Gun que...habían terminado.

¿Estaba preparado?

No. No lo estaba.

No estaba listo para cortar el lazo, no estaba listo para despertar solo, para dejar de ver la constelación que hacían sus lunares en su espalda desnuda, para dejar de vestirse con su piel, no quería dejar de escuchar sus dulces jadeos y gemidos cuando hacían el amor, dejar de ver sus hoyuelos al sonreír o, para leer bajo los árboles sin las traviesas manos de Gun jugar con el pirsing de su pezón.

Nunca estaría dispuesto para dejarlo ir. Pero aún así lo haría.

Por amor a él.

Porque era lo mejor ¿no?.

Puedo Tenerlo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora