Una Leyenda Y Una Confesión.

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By Tay.

Paso las manos por mis hombros y apreto un poco, siento el cuello entumecido así que doy un ligero masaje en las zonas adormecidas. El cansancio me estaba consumiendo de a poco. El viaje a la provincia de Phayao fue agotador pero gratificante. Ver los rostros sonrientes de los cientos de niños que esperaban por la remodelacion de su escuela, hizo a mi corazón saltar de alegría.

Doy un rápido vistazo al reloj de pulsera y veo que son casi las seis de la tarde. Aunque estoy agotado, mis manos no dejan de moverse ágilmente, sé que tengo poco tiempo para llegar a casa, más mis pensamientos se quedan atrapados aquí mismo, en mi pequeño pedazo de paraíso.

Cuando traje a Gun, sabía que iba a gustarle, se que ama la naturaleza tanto o más que yo. Mis ojos se mueven a la línea de árboles donde nos quedamos viendo el Ocaso. Mi cuerpo se estremece al recordar aquel momento. Su mano pequeña y cálida sobre la mía encajan tan bien, su cuerpo frágil junto al mío, su respiración lenta en mis mejillas tibias, su corazón latiendo junto al mío.

Mis ojos se humedece de solo recordarlo. Pero no puedo seguir siendo insensato. Mis sentimientos no pueden estar por encima de su felicidad. Sé qué ama a Off, y Off también lo ama. Él lo prometió, no lo volverá a dañar, no lo romperá otra vez, lo hará feliz. Y yo... yo solo quiero que él lo sea.

Es por ello, que está noche es mi despedida.

No quiero confundirlo y yo no quiero salir nuevamente lastimado. Si de algo me sirvió ese viaje, fue para pensar sobre mis sentimientos, descubrí que no puedo estar lejos de él, porque me hace demasiada falta. Su voz tan suave cuando dice mi nombre, como sus hoyuelos se asoman cuando le hago caras graciosas, sus ojos brillantes al mirar el cielo estrellado, sus labios curvados en esa sonrisa que paraliza mi respiración. Ahh... Estoy enloqueciendo.

¿Amor?

No lo sé. No sé si estoy enamorado de él. Solo sé que cuando veo sus ojitos pequeños, me nace hacer todo tipo de cosas ridículamente cursis. Como esta por ejemplo. Recoger hojas y flores secas del árbol al que se abrazó para ponerlas a sus pies, quiero que me regale su mirada brillante por última vez antes de partir.

Froto el antebrazo por mis ojos y mejillas húmedas. No, no estoy llorando, se me ha metido una mota de polvo en los ojos, y el sorber por la nariz es seguramente porque he pillado un resfriado.

Una vez tengo todo listo en la camioneta, me acerco al tablón y le doy un último vistazo a la puesta del sol, sus tonos naranjas y nubes que parecen arder. Para su contraste del otro lado está la luna llena, las estrellas más brillantes empieza a aparecer, que distintos son los dos.

Al atravesar la ciudad y dar unas vueltas más me encuentro en la casa de Off, me tomo unos minutos para verla por última vez a esta hora, las siete menos veinte minutos. Introduzco la llave, el silencio y la oscuridad me reciben, saco mis zapatos y los coloco junto a los de Gun, Off lleva desde el miércoles en aquel congreso en Birmania.

Sé que estando yo aquí, ellos no podrán abrirse el uno con el otro para reparar su relación. Por otra parte, no puedo ver a Gun de esa manera, me rompe el corazón.

Cobardía. Eso es lo mío, por eso no puedo dar marcha atrás e irme hoy mismo. Juré que sería mi oportunidad y me ganaría su corazón, pero se bien que él jamás me corresponderá. Sería como arar en el mar.

El diablillo con la voz de mi sweetie no se cansa de decirme que estoy equivocado, que haga algo para tenerlo y quedármelo. Pero no puedo, no después de ver a Off corrigiendo su error, él es mi mejor amigo, y yo una basura que quiere poseer a su pareja.

Puedo Tenerlo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora